Patrimonio restaurará el complejo del Castillo de
Villapadierna
También dio luz verde al proyecto de rehabilitación del viejo consistorio
para la creación del Museo del Bolillo en Valderas
Vistas del Castillo de Villapadierna en Villapadierna, municipio de Cubillas de Rueda, que será restaurado en varios apartados de la construcción. CAMPOS
La Comisión
Territorial de Patrimonio Cultural, celebrada de manera telemática y presidida
por la delegada territorial, Ester Muñoz, autorizó el proyecto básico y de
ejecución (fase I) de restauración del Castillo de Villapadierna, en Cubillas
de Rueda, en lo que respecta a muros, cerca y torre, como edificio BIC con
categoría de Monumento. La intervención tiene por objeto la conservación,
mantenimiento y reconstrucción de muros y elementos singulares de la cerca y de
la torre.
También autorizó el
proyecto básico y de ejecución de rehabilitación de la antigua Casa
Consistorial para la creación del Museo Casa del Bolillo en Valderas. Las obras
a realizar consistirán en la demolición de las plantas primera y bajo cubierta.
Los nuevos forjados estarán compuestos de vigas y correas de madera laminada y
tablero de tabla machihembrada.
Por otro lado, se dio
por enterada del informe técnico de los trabajos de lecturas murarias de
paramentos y control arqueológico integrado en las obras de restauración y
visibilización de las ruinas (torre) del Monasterio de San Benito en Sahagún.
Se trata de un informe arqueológico que, por un lado, analiza desde el punto de
vista estratigráfico los paramentos de la torre septentrional, o nueva, de lo que
iba a ser la remodelación contemporánea, decimonónica, del antiguo monasterio,
la cual no llegó a concluirse. El informe señala que «las actuaciones de
restauración con alcance arqueológico han consistido fundamentalmente en el
picado de los revocos que revestían las fábricas de ladrillo, pertenecientes al
momento de la construcción de la torre en la primera mitad del siglo XIX, y la
apertura de vanos tras su tapiado, algo que sucedió a partir de la segunda
mitad del mismo siglo…».
Salvo los elementos antiguos que se encuentran embutidos en la propia
torre, de finales del s. XI-s. XII (Fase I), o de los ss. XV-XVIII (Fase II),
todas las demás fases recogidas por el estudio son de tiempos del inicio de las
obras de construcción de la torre y posteriores.
Según la información técnica detallada, se plantea
recuperar el conjunto como ruina consolidada, de modo que sea visitable
en condiciones de seguridad y accesibilidad y que permita la comprensión y
puesta en valor de los elementos que han permanecido, incluido el foso
perimetral, con los accesos, aparcamientos, y otras infraestructuras.
Asimismo, se completaría la intervención de todo el conjunto con
los trabajos de reacondicionamiento de los niveles interiores de la torre y una
hipotética reconstrucción de algunos de los edificios adosados a la cerca, con
los oportunos criterios de integración, para usos públicos o semipúblicos.
«El trabajo coordinado es el gran mérito de los retablos»
ARTE Y PATRIMONIO Joaquín García Nistal es coautor
junto a la profesora Vanessa Jimeno Guerra del libro ‘El retablo renacentista
en el este de León’ que el próximo domingo 27 de febrero La Nueva Crónica
ofrece a sus lectores por 9,95 €
La Nueva Crónica incrementa la colección de libros
con la publicación, el próximo domingo 27 de febrero, de ‘El retablo
renacentista en el este de León’, un pormenorizado estudio de los
profesores de la Universidad de León, Vanessa Jimeno Guerra y Joaquín García Nistal, que recoge y
analiza una significativa muestra de retablos de este de León –diez de los
cuales conforman una ruta de indudable interés turístico– realizados durante el
contexto del Concilio
de Trento o el inmediato periodo postridentino.
– Me
gustaría empezar preguntando si el término plateresco utilizado en un primer
momento para definir los retablos que conforman la ruta es el adecuado o sería
más propio hablar de renacentista, como se ha venido utilizando últimamente y
al que recurren en el caso de la publicación.
– Bueno, la duda es lógica. Es habitual que en ocasiones se utilice el término
plateresco, pero lo más correcto es hablar de retablos del Renacimiento. El
término plateresco se ha usado, como otros muchos términos, porque hay una
trayectoria historiográfica o de tiempo que se ha aplicado para intentar
demostrar la singularidad de algunos ejemplos, y el plateresco pues venía a
decir que era un tipo de renacimiento muy particular de lo español. Hoy se sabe
que hay muchos renacimientos muy particulares, que el término plateresco se
entiende que está enfocado a esos trabajos de la platería muy decorativos y que
aplicado en otros campos como la arquitectura, la retablística o la escultura
se entiende que es un término no demasiado aceptado por los historiadores del
arte. Como término llamativo o publicitario podría tener su filón, pero que
desde el punto de vista académico se ha quedado trasnochado al tratarse de un
término un poco decimonónico.
Portada del libro que edita La Nueva Crónica.
– ¿Qué circunstancias económicas y sociales se daban en el este de León durante el siglo XVI para que los pueblos pudieran renovar la apariencia de sus templos y que tuvo una especial incidencia en el caso del retablo? – La coyuntura económica es excelente en el siglo XVI y eso anima la renovación en muchos templos. No solo hay nuevas construcciones, por poner un ejemplo paradigmático en León como es el antiguo convento de San Marcos, sino que prácticamente muchos de estos puntos de la diócesis de León y de la diócesis de Astorga intentan renovar los templos y lo hacen de muy diferentes maneras: sustituyendo portadas, cambiando las cubiertas y por supuesto implicándose en la renovación, por ejemplo, de los retablos, que es una pieza muy singular, muy efectista también, que permite cambiar el interior de los templos y de las parroquias casi únicamente con una sola pieza, con un gran retablo que es lo que acapara a fin de cuentas las miradas de los fieles.
– Comparte la autoría del libro con la profesora Vanessa Jimeno Guerra. ¿Cómo ha sido la distribución del trabajo y si existía un trabajo anterior que haya servido de base al libro que ha editado La Nueva Crónica? – El trabajo con la doctora Jimeno Guerra es al cincuenta por ciento, quiero decir que hemos hecho un reparto de los diferentes retablos, hemos hecho un reparto también dentro del propio capítulo introductorio y de las conclusiones. Alentados por el entusiasmo de todas las partes implicadas, desde la Asociación Cultural Balle de Scapa hasta La Nueva Crónica, responsable de la edición del libro, es lo que nos animó también a meternos de lleno en la publicación, que como tal no hay un estudio previo, y nosotros lo reivindicamos también en el libro. No hay un estudio dedicado al retablo renacentista en el este de León, tampoco hay un estudio como tal dedicado al retablo renacentista en León, en cambio sí tenemos por ejemplo un estudio dedicado al retablo barroco leonés. Nuestro interés era agrupar todo lo que ya se conocía en algunos estudios puntuales sobre maestros de la escuela de Juan de Juni, particularmente, que eso sí que se trabajó en su día en una tesis doctoral de una profesora de la Universidad de León que falleció a edad muy temprana, Aránzazu Oricheta García, que ha supuesto un punto de partida fundamental. A partir de ahí nosotros hemos intentado indagar en todas las fuentes documentales, rastrear archivos y también hacer un estudio iconográfico completo de los retablos, que era algo que no existía.
Retablo mayor de la iglesia
de los santos Justo y Pastor en Celada de Cea.
– En su estudio señalan que a pesar de sus
diferencias, en los retablos del este de León predomina la tipología de planta
lineal, con tendencia a desarrollar tres cuerpos en altura sobre predela, pequeño
cuerpo de remate a modo de ático y cinco calles que otorgan una marcada
horizontalidad a los conjuntos, donde a menudo se utilizan las calles laterales
para las tablas pintadas y las centrales para las imágenes escultóricas.
– En todos hay alguna variable, no se ajustan todos a unas pautas muy
homogéneas, pero sí que es verdad que hay una coincidencia. Primero que todos
tienen un cierto protagonismo pictórico, y eso es indicativo de que existe una
buena red de pintores que se están moviendo por el territorio de León y que
ofrecen las suficientes garantías como para representar diferentes pasajes de
tipo evangélico y utilizando además un nuevo tipo de pintura, como va a
ser la renacentista, donde ya se preocupan por la perspectiva, el uso al óleo,
es decir que hay unos talleres sabemos que bien formados. Y es verdad que un
poco en consonancia todos suelen tener unos cuerpos con tendencia horizontal,
que es una pauta también que marca el arte del Renacimiento en toda la
península, generalmente tres cuerpos, a veces sobre un pequeño banco, que suele
estar también policromado o suele estar tallado. Y destaca principalmente un
excelente trabajo de talla, del relieve, de todo lo que es el cuerpo vamos a
decir arquitectónico, la estructura arquitectónica que vemos dentro de los
retablos.
Retablo mayor de la
iglesia de San Andrés en Joara.
– ¿Dentro del retablo, qué tiene mayor valor
artístico, las pinturas, las esculturas o la propia estructura?
– Nosotros insistimos mucho en que el gran valor de estos retablos siempre es
la perfecta coordinación de un grupo de especialistas en muy diversos oficios.
Y eso creo que hay que tenerlo muy en cuenta porque generalmente siempre
estamos pensando en la obra del gran maestro y ningún gran maestro hace una
obra él solo. Aquí están perfectamente coordinados carpinteros y escultores de
muy diferentes especialidades, alguien que se dedica a trabajar más esas
figuras exentas o de bulto redondo, otros que trabajan directamente unas tallas
muy particulares dentro del retablo, otros carpinteros que estarían trabajando
más al nivel de la estructura, y a su vez se están coordinando con un grupo de
pintores que generalmente tampoco es uno en solitario, y dentro de la propia
pintura hay especialistas, unos en el dorado, otros en la pintura sobre
tabla… Lo que vemos es un trabajo en conjunto de un grupo muy numeroso en
realidad, especialistas de muy diversos oficios y eso es la singularidad y
también la grandeza de los retablos. Es como una obra total que engloba
arquitectura, escultura y pintura, y que a fin de cuentas es el resultado del
trabajo de un grupo muy especialista de diferentes oficios.
–
¿Existen similitudes formales entre los retablos que conforman esta ruta del
este de León o en realidad son bastante diferentes entre sí?
– Hay un grupo de características semejantes, especialmente, como ya indicaba,
el carácter pictórico. Todavía tradicionalmente son retablos cuyas principales
escenas se realizan en pintura sobre tabla. Todos ellos también tienen como
característica muy singular un tipo de talla decorativa en toda la estructura
donde se ve claramente la huella de lo que ha sido el taller de Juan de Juni y
la huella que ha ido dejando a lo largo del territorio leonés. Pero obviamente
luego dentro de cada uno encontramos muchas particularidades. Se denota una
mano también diferente en algunas de las pinturas, maestros más anclados en la
tradición, otros que son más renovadores y que apuestan más por las novedades
que llegan de Italia y del Renacimiento italiano, otros que pueden ser un poco
más conservadores. Pero, como te decía, el retablo es el fruto de la
colaboración de muchos maestros y podemos ver casi en cada uno de ellos muchas
de estas opciones, algunas más ancladas en lo tradicional, otras más
renovadoras, y a fin de cuentas también una variedad, que es lo que les hace
singular.
– Un
tema interesante es la irrupción de la figura del sagrario y que en algunos
casos hace modificar la propia estructura del retablo al erigirse en la pieza
central del mismo.
– El sagrario va a ser una pieza determinante, porque especialmente a partir
del Concilio de Trento, ya hablamos desde 1545, se establece la importancia que
tiene la eucaristía dentro de la liturgia cristiana católica. Esto es lo que le
otorga más relevancia al expositor, al sagrario y todo lo que tiene que ver con
la celebración de la eucaristía. Y esto demanda que haya una pieza muy singular
dentro del retablo, que es
la custodia, a veces se denomina tabernáculo, y eso hace que
si había algún retablo creado anteriormente al Concilio de Trento se tenga
incluso que elaborar un nuevo tabernáculo que a veces modifica bastante el
propio eje central del retablo. Y muchos de ellos es verdad que se están
elaborando en ese periodo trentino y en el propio contrato claramente estaría
estipulado que el sagrario adquiera un protagonismo por encima de cualquiera
otra pieza del conjunto. Entonces digamos que es el que focaliza por
necesidades litúrgicas. No tenemos que pensar que el retablo es un elemento
inerte, viene totalmente relacionado con toda la celebración litúrgica, el
boato en torno a esa celebración y el sagrario era la pieza clave.
Retablo mayor de la
iglesia de Cristo Rey en Cistierna.
– ¿Cuáles eran los motivos que servían de inspiración
tanto a escultores como a pintores que participaban en la creación de este tipo
de retablos?
– Vamos a decir que hay dos tipos de motivos. Unos religiosos, que son los
episodios centrales. La titularidad de los templos hacen o demandan que haya
una serie de tablas dedicadas precisamente a los santos del templo, y
generalmente sus martirios, pues muchos de ellos son mártires, se vinculan con
el propio martirio de Cristo, con el ciclo de la Pasión. Lógicamente todo esto
hay que entenderlo en esa clave de la redención de los pecados a través de la
fe, que es el principal mensaje, también muy en el contexto del Concilio de
Trento, que se establece a través de los retablos. Pero, por otra parte,
tendríamos otros motivos que diríamos más marginales, no ocupan las calles
principales, están más bien en la estructura, que son todos esos motivos
decorativos que están llegando desde Italia y probablemente están llegando a
través de algunas estampas, algunos grabados, algunos modelos impresos, que son
los que de alguna manera los escultores también están tomando para llevar a
cabo toda esa amalgama decorativa que nos llega desde Italia.
– ¿Cómo
ha sido la conservación de estos retablos del este de León y la evolución que
han podido experimentar con el paso de los siglos?
– Nos encontramos un poco de todo, pero en cierta medida es verdad que no son
conjuntos muy transformados, tal vez porque luego no ha habido, después de ese
siglo XVI, otros periodos igual tan boyantes desde el punto de vista económico.
Probablemente muchos de ellos, afortunadamente, se han conservado porque no
hubo momentos posteriores con el suficiente dinero para reemplazar por otros
conjuntos por ejemplo barrocos, pero en todo caso tenemos ejemplos de todo
tipo, que creo que también esto enriquece enormemente la ruta. Por poner solo
un ejemplo, el retablo de la Cofradía de Jesús Nazareno de Sahagún, lo que nos
encontramos es una serie de relieves del siglo XVI pero en una estructura
barroca, unos relieves que además proceden del antiguo convento de Trianos y no
sabemos muy bien porqué medio acaban llegando hasta este lugar de la Cofradía
de Sahagún y se integran en un conjunto que nada tiene que ver con el
primigenio. Algunos es verdad que no los contemplamos tal y como fueron, pero
mayoritariamente sí, con algunas modificaciones. Algunos han sufrido varios
repintes, que es algo habitual. La conservación en general es bastante
aceptable porque buena parte de ellos han sido objeto de restauración y otros
muchos ojalá que puedan ser restaurados en un futuro.
Retablo de la capilla
de la Cofradía de Jesús Nazareno en Sahagún.
– La llamada ruta de
los retablos renacentistas del este de León ha despertado un gran interés
turístico, con una importante promoción por parte de algunas instituciones, a
lo que se suma también la publicación de La Nueva Crónica que el próximo
domingo 27 de febrero llegará a sus lectores y al público en general. ¿Cómo
valora este movimiento?
– Particularmente creo que esto era uno de esos muchos tesoros olvidados
o que si no estaban del todo en el olvido pues no siempre están en el recuerdo
de todos o en muchos casos absolutamente desconocidos por la mayoría, incluso
de los leoneses, ya no hablemos de fuera de nuestra provincia. Y creo que esto
es una buena lección de lo que hay que hacer. En este caso, y esto no nos ocupa
a nosotros como autores del libro, pero asociaciones culturales que se están
implicando por reivindicar los valores patrimoniales que tienen en sus
localidades, que son capaces de movilizar a instituciones, mover a un conjunto
de personas para poner en valor esos tesoros que tienen, creo que es la mejor
guía. Obviamente, luego es necesario que exista, como en este caso, un respaldo
institucional, que por ejemplo La Nueva Crónica haya impulsado también la
promoción y edición de una publicación que va a servir para difundir y poner en
conocimiento a toda la comunidad del valor de estas piezas, y creo que ese es
el camino a seguir. No mirar al pasado con nostalgia sino intentar aprovecharlo
para promoverlo, para difundirlo, para que se conozca y si es posible para
sacar algo de rentabilidad también. Simplemente nosotros, a pesar de todas las
ocupaciones, si de alguna forma nos comprometimos con todo este proyecto de la
publicación fue en buena medida porque vimos el entusiasmo en los habitantes de
las diferentes localidades y el entusiasmo es la primera arma que deberíamos
tener siempre para reivindicar lo nuestro.
Fotografías:David Gustavo López y Javier Caballero Chica
El pasado jueves 17 de febrero, D. Joaquín García Nistal, profesor de Historia del Arte de la Universidad de León, impartió una conferencia sobre el tema «LOS CIELOS DE MADERA LEONESES» (artesonados mudéjares). El acto fue organizado por Promonumenta dentro del marco de colaboración con la Concejalia de Acción y Promoción Cultural del Ayuntamiento de León.
El Sr. García Nistal es un gran especialista en el tema de la conferencia, teniendo publicados varios títulos sobre ello. Por ejemplo, «La carpintería de lo blanco en la ciudad de León», «El oficio de la carpintería de armar en la ciudad de León», «La carpintería de lo blanco en la Vía de la Plata a su paso por la provincia de León», etc.
El acto fue presentado por D. Marcelino Fernández Ibáñez, presidente de Promonumenta, y tuvo lugar en el salón de actos del Ayuntamiento de León, registrándose una asistencia superior a cien personas, lo cual , teniendo en cuenta las limitaciones todavía derivadas de la pandemia del Covid 19, es una cifra difícil de alcanzar.
La primera cifra dada por el profesor García Nistal causó asombro entre los asistentes: en la provincia de León están catalogados más de seiscientos artesonados históricos, lo cual la convierte en una provincia puntera en este arte, y además, en este valioso conjunto se hallan representados todos los modelos de dibujos de madera existentes en España.
Tal profusión y variada gama de artesonados fue obra de un gran número de carpinteros históricos, de los que, entre los siglos XVI y XVII, están documentados 184 en Castilla y León, gran parte de ellos en la provincia de León.
Explica el conferenciante la razón del título puesto a la conferencia: las armaduras que cubren los presbiterios, lugar principal y sagrado de cualquier iglesia, representan la bóveda celeste, donde se asienta el mismo Dios, siguiendo la costumbre medieval de representar el Pantocrator en el lugar principal del templo. Mencionó como artesonados destacados en este aspecto los de Azares del Páramo y Santa Colomba de la Vega (declarado BIC) de finales del siglo XV.
Durante su exposición, el profesor García Nistal hizo frecuentes menciones de la Escuela Municipal de los Oficios de León, situada en Puente Castro, como una institución indispensable para el conocimiento y reproducción de las técnicas históricas. «Es una suerte tenes este centro», dijo textualmente.
El jueves 17 de febrero, veinticinco socios de PROMONUMENTA (el máximo cupo posible) han tenido la oportunidad de ser invitados por el Ayuntamiento de León a visitar los trabajos arqueológicos y las obras de restauración que se están llevando a cabo en el tramo de muralla de Era del Moro, el cual permanecía oculto por aterramientos de hasta tres metros de altura y por diversas construcciones y acopios de enseres que fueron surgiendo con el transcurso de los años. Cuando el tramo quede completamente terminado y ajardinado, previsiblemente al final de la primavera o principios de verano, los leoneses podrán visitar una de las partes más interesantes de la muralla tardorromana de la Legión VII.
PROMONUMENTA SUGIERE QUE EN EL MOLINO SIDRÓN TAMBIÉN PODRÍAN EXPONERSE LAS LÁPIDAS HALLADAS EN LA MURALLA
La visita incluyó también el exterior del Molino Sidrón, cuyo proyecto de restauración y habilitación para usos culturales (Casa de los Escritores, asociaciones turísticas, etc.) se encuentra en redacción, sugiriendo Promonumenta su posible uso, al menos en una parte, para museo de las lápidas y estelas romanas halladas en la propia muralla, algunas en esta zona del molino, y que aún se hallan almacenadas, a la espera de ubicación.
Los visitantes de Promonumenta, entre los que se hallaba su presidente Marcelino Fernández, fueron recibidos y acompañados por el concejal de Infraestructuras Miguel García Copete, corriendo las explicaciones por cuenta de la arquitecta municipal Begoña Gonzalo y por el arqueólogo Victorino García Marcos.
Las obras de
peatonalización de la Era del Moro han entrado ya en su última fase, con el
inicio de los trabajos de urbanización. El alcalde de León, José Antonio Diez,
junto al edil de Desarrollo Urbano y Patrimonio, Luis Miguel García Copete y
los técnicos municipales, supervisaron ayer las obras del nuevo tramo urbano
peatonal, que unirá la calle Ramón y Cajal con la plaza del Espolón y rescatará
para el disfrute de los vecinos y turistas un tramo de la muralla tardorromana
(S. III y IV) que ha estado oculta durante décadas.
En su visita, José
Antonio Diez señaló que todas estas actuaciones ponen en valor la muralla y
dará lugar a una nueva zona de esparcimiento que será importante para la
ciudad.
Estas obras se han
iniciado una vez terminadas las catas arqueológicas de la muralla tardorromana,
que han permitido delimitar por primera vez sus cimientos, ocultos durante
decenios por varios metros de tierra y escombros.
La consolidación de la
muralla ha permitido sacar a la luz un tramo de escalera de piedra del siglo
XVIII, que daba acceso a uno de los tendejones que tapaban el lienzo romano,
así como una serie de lápidas funerarias con inscripciones romanas, procedentes
de cementerios altoimperiales y que se conservarán para ser contempladas por
los visitantes.
la nueva calle
La nueva calle
peatonal tendrá una superficie de 2.168 metros cuadrados y su urbanización
peatonal incluirá diferentes zonas ajardinadas, que incorporarán mobiliario
urbano y supondrán la renovación de toda la infraestructura básica, como agua o
electricidad. La muralla y sus cubos serán iluminados de forma artística.
El acceso a la calle
tendrá el mismo horario que los parques municipales, para lo cual se instalarán
puertas de acceso en la calle Ramón y Cajal y en la plaza del Espolón.
El presupuesto de las
obras asciende a 700.000 euros, financiado a cargo de fondos europeos del plan
Edusi León Norte, del 1,5% cultural del Gobierno central y con fondos del
Ayuntamiento. Se espera que las obras estén concluidas antes del verano.
el molino sidrón
Por otra parte, estas
obras recuperarán algunos de los elementos arquitectónicos del antiguo Molino
Sidrón, que a primera fábrica harinera de la provincia, y construida en el
siglo XIX, aprovechando la fuerza hidráulica de la presa de San Isidro, que
desde el río Torío llevaba sus aguas a las huertas de los conventos intramuros.
Destacan los arcos de
medio punto bajo los que entraba al molino el agua de la presa e impulsaba la
maquinaria.
Actualmente, el Ayuntamiento de León trabaja en la redacción del proyecto
técnico que convertirá el único edificio de tres plantas que queda del complejo
de Molino Sidrón en un vivero de empresas culturales y de turismo y en la Casa
de los Escritores Leoneses.
Finaliza la restauración de murales del Monasterio de Santa María de
Carrizo
PATRIMONIO La Junta destina 100.000 euros a la
conservación material del conjunto pictórico
La Junta
de Castilla y León recibió este martes las obras de restauración de las pinturas murales de la
Sala Moruna del monasterio cisterciense de Santa María de Carrizo en las que se ha
invertido casi 100.000 euros.
Se trata de unas pinturas murales de inspiración mudéjar ubicadas en una
pequeña estancia que hasta hace poco tiempo acogía el archivo monacal. En concreto, se
ubican en la panda occidental del claustro y podrían haberse realizado en las
importantes reformas acometidas en el claustro durante el siglo XVI, junto con
la sala capitular. Este espacio habría servido como vestíbulo para recibir a
los colonos y dar asiento a las entradas de grano, mercancías y
aprovisionamiento propios del monasterio. Se trata de una pintura mural que
ocupa todos los paramentos de la estancia.
El Monasterio fue declarado Bien de Interés Cultural en 1974, tras lo que se
sucedieron campañas de obras centradas en la iglesia, la Sala Capitular o el claustro,
sin que ninguna de estas actuaciones afectara directamente a la sala de las
pinturas. En el revestimiento de los cuatro paramentos de la estancia se
documentaban pérdidas más o menos extensas, producidas por desprendimientos o
vinculadas a las reformas padecidas. Además, se advertían amplísimas zonas
ahuecadas, fracturadas y completamente deformadas, de manera que entrañaban un
riesgo inminente de desprendimiento en forma de grandes placas.
Las intervenciones de restauración partieron de la naturaleza de la fábrica de
tapial, que provoca la exfoliación de los revestimientos decorativos, hasta el
extremo que en este conjunto pictórico apenas conservaba un 20 por ciento del
total del mortero, con relativa adhesión al sustrato mural. Para completar la
intervención se aisló y sustituyó el solado y se trató el alfarje, por lo que
se trata de una actuación integral que garantiza la correcta conservación del
conjunto.
Monasterio de Santa María de Carrizo
El Monasterio de Santa María de Carrizo constituye, junto a los de Gradefes, Sandoval y
Carracedo, la más notable serie de fundaciones cistercienses de la provincia
de León. Fue fundado en 1176
bajo el patrocinio de Estefanía Ramírez, viuda del conde Ponce de Cabrera,
noble de la corte de Alfonso VII, aunque el edificio del monasterio ya se había
comenzado en características románicas. Recibió múltiples donaciones y a
finales del siglo XII quedó bajo la jurisdicción de las Huelgas Reales de
Burgos. En 1835, sufrió la Desamortización, mientras que sus monjas se
trasladaron entre 1868 y 1871 al monasterio premostratense de Villoria, regresando luego a
Carrizo, donde permanecen.
El acceso a la iglesia se verifica a través
del hastial norte del crucero con una portada románica, si bien sus arcos ya
son apuntados con columnas de hojas acogolladas en sus capiteles. El monumento
se prolonga en la zona de clausura en un claustro, reformado en el siglo XVII,
pero con dependencias, como son el antiguo refectorio, sala capitular y
archivo, que corresponden a la misma época que la iglesia. La disposición de
esta sala y el encuentro de la iglesia con el claustro corresponden a la típica
del Císter. El Monasterio también cuenta con tres cruces procesionales únicas
en España y con una talla románica en madera de gran valor.
Zuloaga resurge en manos de expertas restauradoras. El genial artista
retrató León y quedó como un prestigio escondido que el Ayuntamiento rescata
ahora en esa fuente prodigiosa y ocho bancos que cuentan la ciudad
Espectacular
banco en el que se ve el Palacio de los Guzmanes. RAMIRO
Es un trabajo en el
que la vocación se convierte en una herramienta más. Porque los trabajadores
que están estos días restaurando los bancos y la fuente de Zuloaga saben que
aún quedan tres meses de minuciosas tareas. Su labor no es apta para
impacientes, porque, por ejemplo, de 400 piezas puede que solo se encuentren
con 17 en un estado decente… Pero lejos de dejarse llevar por el desánimo,
prefieren difrutar del rompecabezas genial de Zuloaga.
Los trabajos avanzan a
buen ritmo, y así se lo transmitieron ayer a José Antonio Diez, alcalde de
León, que realizó una visita para conocer de primera mano su estado. En
concreto, se trata de restaurar la fuente y los ocho bancos que el taller del
ceramista segoviano Daniel de Zuloaga diseñó en 1928 para la plaza de la
Catedral de León y que, tras numerosas peripecias, terminaron en los jardines
de la Residencia Municipal de Mayores Virgen del Camino, a donde dentro de unos
meses regresarán tras su restauración.
Diez mostró su
satisfacción por el trabajo realizado hasta ahora. «Ya estamos en el ecuador
del plazo de la restauración de un conjunto único en España en su especie, por
su tamaño y calidad», aseguró el alcalde, quien añadió que «esta acción es muy
importante para complementar el conjunto histórico y artístico de la ciudad y
que va a ser visitable por vecinos y turistas en los jardines de la Residencia
de Mayores Virgen del Camino».
proyecto
El proyecto de
restauración ha sido redactado por el arquitecto leonés Ramón Cañas y está
siendo ejecutado por la empresa leonesa Estudios y obras Campo SL, con un
presupuesto global de 224.416 euros, financiado al 50% por fondos europeos del
plan Edusi León Norte.
El regidor contempló
el avance de la restauración de la fuente, de 5,5 metros de diámetro, que
presidía el centro de los jardines que en 1928 existían en la Plaza de la
Catedral, delante de la fachada principal. La fuente permaneció enterrada desde
la década de los años cuarenta bajo un parterre en la misma plaza hasta que fue
recuperada en los trabajos de peatonalización de la calle Ancha y plaza de La
Regla en la década de los noventa del pasado siglo.
La fuente está
decorada con azulejos vidriados con la imagen de la fachada principal de la
Catedral. Por su parte, los respaldos de los ocho bancos reproducen imágenes de
la época de los monumentos más destacados de la ciudad: Catedral, San Isidoro,
Plaza Mayor, Plaza del Grano y conjunto del edificio de Botines de Gaudí y
palacio de los Guzmanes, así como el santuario de la Virgen del Camino.
La fuente está compuesta
por cerca de 500 azulejos, de los que se conservan una gran mayoría, aunque su
estado está requiriendo una profunda labor de limpieza, consolidación y
restauración. Los azulejos que se han perdido, unos 80, están siendo
reconstruidos gracias a que el taller heredero del ceramista Daniel Zuloaga,
regentado por uno de sus nietos, y el Museo de Zuloaga en Segovia, guardan los
bocetos y dibujos originales que se utilizaron en 1928 para la construcción de
todo el conjunto artístico.
La fuente y los bancos contarán con una pérgola de protección.
La Junta de Castilla y León ha comenzado a profundizar en la implantación del Plan Nacional de Energía y Clima en la Comunidad, esta vez con la presentación del primero de los mapas de zonas de sensibilidad ambiental ante la implantación de las energías renovables. La distribución de las nuevos proyectos, que son legión, es una de las preocupaciones de administraciones y ciudadanía y de ahí surge la innegable necesidad de poner sobre la mesa una regulación ordenada y coherente con la conservación de la biodiversidad. (Diario de León 17-6-2021)
DIARIO DE LEÓN 13-2-2022
PROLIFERAN LOS PROYECTOS
Campaña en el Bierzo Oeste contra los proyectos
eólicos
Varios colectivos recogerán esta semana firmas en Villafranca, Ponferrada y
en Internet
Imagen de Vega de Valcarce, en el Bierzo Oeste. ANA F. BARREDO
13 DE FEBRERO DE 2022, 3:34
Varias organizaciones
han puesto en marcha una campaña de recogida de firmas ante la proliferación de
proyectos de parques eólicos en el Bierzo Oeste y Galicia. Esta próxima semana
habrá instaladas mesas informativas en Villafranca del Bierzo, el martes 15 de
de febrero, y en Ponferrada, el sábado 19 de febrero. También se pueden
descargar las alegaciones en formato digital en las redes sociales de las
asociaciones que organizan la campaña, entre ellas Rural Sostenible y Sindicato
Labrego Galego.
Las alegaciones son,
en concreto, a los parques de Ralea, Eco e Umbrío.
En estos momentos solo
en la zona del Bierzo Oeste hay proyectados 7 macroproyectos eólicos, de 4
empresas diferentes, con un total de 110 aerogeneradores, según estas
asociaciones.
«A pesar de que el
Comité Español del Programa MaB de la Unesco, vinculado al Ministerio para la
Transición Ecológica y el Reto Demográfico, aprobó el pasado mes de septiembre
realizar a nivel de todo el Estado español un informe sobre las incidencias de
los parques eólicos en las Reservas de la Biosfera —así como un estudio de
viabilidad de las instalaciones eólicas, fotovoltaicas, termo solares e
infraestructuras asociadas que las grandes empresas energéticas pretenden
instalar en espacios naturales protegidos—, denunciamos que el Ministerio de
Política Territorial está a obviar este procedimiento y sigue dando para
adelante la tramitación de megaestructuras extractivas que están destruyendo
nuestro territorio», explican en un comunicado estas organizaciones.
«Estos valles del
Bierzo Oeste son necesarios para la conectividad ecológica, un elemento crucial
para la conservación de la biodiversidad y el mantenimiento de servicios de los
ecosistemas, así como para minimizar los efectos del cambio climático», dicen.
Además de presentar una grave afección a los espacios protegidos, también
perjudican al Camino de Santiago, insisten.D
El Bierzo Oeste es una zona de alto valor histórico, paisajístico y
natural, que alberga la Peña do Seo — paraje incluido en la Lista Roja de Patrimonio
de Hispania Nostra y en el que hay un proyecto de BIC y restauración del
antiguo poblado minero, promovido por el Ayuntamiento de Corullón, recuerdan— y
el Hayedo de Busmayor, «bosque emblemático de la comarca», recuerdan en una
nota hecha pública ayer por los colectivos.
PATRIMONIO Los trabajos pendientes se centrarán
ahora en rematar el encofrado de la zona suroeste así como limpiar y llevar a
cabo las tareas de ajardinamiento del entorno
Antes de que comenzara el verano, empezaron las obras en el castillo de Valencia
de Don Juan, una actuación encaminada a consolidar la estructura del que es el emblema
del municipio coyantino y su bien patrimonial más preciado. Poco a poco su
entorno más cercano al cauce del río Esla ha ido cambiando su fisionomía a base
de mover camiones y camiones de tierra permitiendo así acabar con la erosión
del escarpe en el que se asienta la fortaleza y propiciando la estabilidad de
la fortaleza gótica. Ahora las obras ya han entrado en su fase final y el
Consistorio ya ve cercana la finalización de una intervención que ha sido
acometida como «la prioridad más urgente en cuanto a la crítica situación que
presentaba toda la ladera, en especial las torres del noroeste».
Los trabajos pendientes se centrarán ahora en rematar el encofrado de la
zona suroeste, que es en lo que están centrados estos días. A ello habrá que sumar
también las tareas de limpieza de la zona y la hidrosiembra de la ladera así como
el remate de la actuación en la zona ajardinada. Además, deberán acabar de
rellenar con tierra y hacer el cerramiento del nuevo talud. Con todo ello, en
unas pocas semanas el castillo de Valencia de Don Juan quedará listo para
afrontar su futuro con más solidez tras llevar años a la espera de una
intervención que acabará con la precariedad de la estructura. Además, las obras
llevan parejas un estudio arqueológico exhaustivo que dará a
conocer mejor la historia de Valencia de Don Juan, habiendo incluso descubierto
durante el transcurso de la intervención una gran galería subterránea que podrá ser
visitable y que permitirá adentrarse de manera literal en el corazón de la
fortaleza. Para ello, las obras han tenido que «reconducirse» de modo que han
integrado en ellas una entrada de hormigón a la citada galería.
Las obras de consolidación de la estructura del castillo coyantino están
cofinanciadas por el Consistorio del municipio y por la Diputación Provincial
de León a través del Instituto
Leonés de Cultura con una dotación de más de 500.000 euros. Desde el
Ayuntamiento de Valencia de Don Juan inciden en la necesidad que había de
«subsanar los gravísimos problemas de cimentación del castillo en la zona
erosionada por el río Esla y el paso de los siglos».
El Museo de los
Pueblos Leoneses cambió por dentro pero desde ayer se aprecia por fuera la
nueva imagen como unas nuevas intenciones en las que el reclamo tiene que ver
con el contenido. Es una de las joyas de la corona del Instituto Leonés de
Cultura (ILC), entidad dependiente de la Diputación. Es, de igual forma, un
proceso en el que se determinan nuevas iniciativas que se concretan por ejemplo
en la exposición Delibes en la llanura leonesa. Que forma parte
además del conjunto de las propuestas del Instituto Leonés de Cultura, que se
concretan en cuanto a exposiciones en las citas en la provincia y en la
capital.
Pero, en realidad, la
importancia va por dentro en este museo único en la provincia, que concreta y
amplifica lo que es León. Por eso, el encuentro casual con carteles que animan
a su encuentro solo sirve de confirmación de que este Museo quiere ser de Mansilla
pero con puertas abiertas a toda la provincia.
De hecho, el Museo de
los Pueblos Leoneses es el gran custodio de la cultura tradicional de las
comarcas leonesas.
Aunque su trayectoria
es amplia y puede rastrearse hasta 1918, con diversas reuniones de colecciones
privadas, donaciones, sedes transitorias y un proyecto de sede definitiva
largamente perseguido y trabajado por parte de la Diputación de León, su
realidad actual arranca en el año 2008 con la inauguración del actual edificio.
El propio ILC ofrece
datos que resultan claves para entender este museo que ahora pinta reformado y
modernizado, pero sin perder las esencias. Dirigido por Lucas Morán, se trata
de un monumental contenedor cultural, obra del arquitecto Mariano Díez Sáenz de
Miera, que en parte recupera las ruinas del histórico convento de San Agustín
de Mansilla de las Mulas. El edificio consta de tres plantas en las que se
ubican cerca de 7.000 piezas de la cultura popular de todas las comarcas
leonesas, de las que al público se muestran unos 1.200 objetos. Pero el museo
es en sí mismo una obra de arte al aprovechar, conservar y exhibir los valiosos
restos del convento de San Agustín que permanecían en pie: fachada renacentista
de la antigua iglesia con los escudos de sus fundadores, capilla mortuoria de
los señores de Villafañe, y suelos empedrados de gran valor patrimonial.
ameno y exhaustivo
El Museo de los Pueblos Leoneses ofrece información exhaustiva y amena
sobre el territorio leonés y sobre la cultura material e inmaterial de las gentes
de sus comarcas, pero también dispone de una biblioteca de investigación, la
Biblioteca Etnográfica Concha Casado, con más de 10.000 volúmenes de
bibliografía dedicada a la cultura tradicional, la antropología y la
museología. Además, existen otros espacios como las Áreas de didáctica,
conservación, administración y almacenes, donde el museo desarrolla sus
actividades de investigación, documentación, conservación y restauración, así
como de exhibición y promoción.