Monthly Archives: abril 2017

PROMONUMENTA CONTRIBUYE A PROMONIONAR EL VIEJO CAMINO DE SANTIAGO O CAMINO OLVIDADO

PROMONUMENTA CONTRIBUYE A PROMONIONAR EL VIEJO CAMINO DE SANTIAGO O CAMINO OLVIDADO

 

Texto y fotos: David Gustavo López 

            El sábado, día 22, la Asociación de Amigos del Patrimonio Cultural PROMONUMENTA realizó la primera etapa en tierras de León de la ruta jacobea conocida como “Viejo Camino”, “Camino de la Montaña” o “Camino Desconocido”. Pretende con esta actividad contribuir a la difusión y promoción de una ruta, todavía muy desconocida, que en realidad fue la predecesora del actual “Camino Francés” o, llanamente, “Camino de Santiago”, pues se utilizó principalmente entre los siglos IX y XIII, cuando las tierras que atraviesa este último todavía sufrían frecuentes asaltos de los árabes y, por lo tanto, no eran seguras. Es, por lo tanto, el primer camino bajo los auspicios del Reino de León. Tiene uno de sus puntos de partida en Bilbao y prosigue por Balmaseda, Espinosa de los Monteros, Aguilar de Campoo, Guardo y Velilla del Río Carrión, Puente Almuhey, Cistierna, Boñar, La Robla, Igüeña, continuando hasta Cacabelos y Villafranca del Bierzo. A partir de esta última localidad el camino adoptaba casi el mismo itinerario que después tendría el Camino Francés.

            La primera etapa, recorrida el sábado en autocar por cincuenta y cinco asociados, discurrió entre la localidad palentina de Velilla del Río Carrión y la leonesa de Cistierna, siendo guiada por el escritor y socio de honor de Promonumenta Ramón Gutiérrez Álvarez, especialmente versado en la historia de la Montaña leonesa. El alcalde de Velilla del Río Carrión acompañó a los visitantes en su paseo por el puente romano y las fuentes Tamáricas –antiguas termas romanas, declaradas Bien de Interés Cultural-. Ya en la provincia de León, fue el pedáneo de San Martín de Valdetuéjar, Fernando Fuentes, quien apoyó a Ramón Gutiérrez en la explicación de la iglesia de esta localidad, un ejemplo notabilísimo del románico del siglo XII, sin duda de los más notables, aunque todavía muy desconocido, de León. Acrecentaron el interés de los visitantes las cuatro sirenas esculpidas en distintos puntos de su fachada, objeto de una hermosa leyenda de monjes y amoríos.

            En Puente Almuhey hubo tiempo para comer y para visitar el puente romano y la ermita, también románica, de la Virgen de las Angustias y su fascinante imagen. Impresionante fue el recorrido por Renedo de Valdetuéjar, contemplando la desolación de lo que fuera palacio de los Marqueses de Prado, una de las familias más poderosas de León, cuyo edificio fue desmontado y trasladado a la capital de la provincia para lucir como fachada del hospital de Nuestra Señora de Regla. Otras casas solariegas y la iglesia de Renedo, donde se conservan tres grandes evangelistas de la escuela de Gregorio Fernández y piezas de arte de la desaparecida capilla del palacio, completaron la sorprendente visita a esta localidad. En La Mata de Monteagudo, fue el presidente de la Asociación de Amigos del Santuario de la Virgen de la Velilla, Sabino López González, quien franqueó el acceso a este conocido y devocional santuario, promovido por la familia de Prado a raíz de una legendaria aparición acontecida en el siglo XV, aunque su engrandecimiento al nivel monumental que hoy se contempla tuvo lugar en el XVII.

            En Cistierna, se puso fin a la primera etapa tras visitar el monumental retablo plateresco de la iglesia parroquial, que fue explicado por su mejor conocedor, Siro Sanz, y el Puente del Mercadillo, paso de la calzada romana sobre el Esla y travesía obligada de peregrinos mientras el Viejo Camino estuvo en auge.

            Promonumenta proseguirá su viaje por el Viejo Camino en el mes de mayo con una segunda que, partiendo de este mismo punto, llegará hasta la villa de Boñar.

Restos del puente romano de Velilla del Río Carrión

Restos del puente romano de Velilla del Río Carrión

Velilla. Un grupo escucha las explicaciones de Ramón Gutiérrez sobre las Fuentes Tamáricas

Velilla. Un grupo escucha las explicaciones de Ramón Gutiérrez sobre las Fuentes Tamáricas

Ermita de origen románico de San Juan Bautista, junto a las fuentes Tamáricas.

Ermita de origen románico de San Juan Bautista, junto a las fuentes Tamáricas.

Ramón Gutiérrez relata la historia de la iglesia románica de San Martín de Valdetuéjar

Ramón Gutiérrez relata la historia de la iglesia románica de San Martín de Valdetuéjar.

 

 

Iglesia de San Martín. Lateral sur.

Iglesia de San Martín. Lateral sur.

Sirena ¿románica? de la torre de San Martín

Sirena ¿románica? en la torre de San Martín

 

Uno de los capiteles interiores de la iglesia de San Martín.

Uno de los capiteles interiores de la iglesia de San Martín.

Otro capitel de la iglesia de San Martín. Representa atlantes que parecen monos.

Otro capitel de la iglesia de San Martín. Representa atlantes que parecen monos.

Fernando Fuentes, presidente de la Junta Vecinal de San Martín de Valdetuéjar, explica la iglesia.

Fernando Fuentes, presidente de la Junta Vecinal de San Martín de Valdetuéjar, explica la iglesia.

Puente Almuhey. Mojón de los tres señoríos,

Puente Almuhey. Mojón de los tres señoríos.

Bella imagen de la titular en la ermita de las Angustias, en Puente Almuhey.

Bella imagen de la titular en la ermita de las Angustias, en Puente Almuhey.

Ermita de Las Angustias, en Puente Almuhey.

Ermita de Las Angustias, en Puente Almuhey.

Puente Almuhey. Ventanita en la cabecera de la esrmita de Las Angustias. Tiene grabado el símbolo de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, después Orden de Malta

Puente Almuhey. Ventanita en la cabecera de la esrmita de Las Angustias. Tiene grabado el símbolo de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, después Orden de Malta

Comida en Puente Almuhey

Comida en Puente Almuhey.

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Ramón Gutiérrez y Sabino López explican las imágenes del palacio de los Prado conservadas en la iglesia de Renedo de Valdetuéjar

Ramón Gutiérrez y Sabino López explican las imágenes del palacio de los Prado conservadas en la iglesia de Renedo de Valdetuéjar.

Grande y bella imagen del evangelista San Mateo, procedente de la capilla del palacio de los Marqueses de Prdo, ahora en la iglesia de Renedo de Valdetuéjar-

Grande y bella imagen del evangelista San Mateo, procedente de la capilla del palacio de los Marqueses de Prado, ahora en la iglesia de Renedo de Valdetuéjar.

Mostrando una reliquia en Renedo de Valdetuéjar

Mostrando una reliquia en Renedo de Valdetuéjar.

 Ante la Casona del capellán de los Marqueses de Prado, en Renedo de Valdetuéjar

Ante la Casona del capellán de los Marqueses de Prado, en Renedo de Valdetuéjar.

En Renedo, ante lo poco que queda del palacio de los Marqueses de Prado, tras su desmontaje e instalación en el hospital de Regla, en León.

En Renedo, ante lo poco que queda del palacio de los Marqueses de Prado, tras su desmontaje e instalación en el hospital de Regla, en León.

Retablo central barroco del santuario de la Virgen de la Velilla.

 

Trabajo realizado y donado por una socia de Promonumenta al Santuario de la Velilla

Trabajo realizado y donado por una socia de Promonumenta al Santuario de la Velilla.

Algunos exvotos en el santuario de la Velilla.

Algunos exvotos en el santuario de la Velilla.

En el Puente del Mercadillo, paso de peregrinos sobre el Esla, en Sorriba (Cistierna)

En el Puente del Mercadillo, paso de peregrinos sobre el Esla, en Sorriba (Cistierna)

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ACTO EN DEFENSA DE «LEÓN CUNA DEL PARLAMENTARISMO»

ACTO EN DEFENSA DE «LEÓN CUNA DEL PARLAMENTARISMO»

Nos han remitido el siguiente texto redactado por Juan Pedro Aparicio. Consideramos de gran interés el acto al que se convoca y os animamos a que asistáis.

 

Un día de esta semana de abril el rey Alfonso VIII de León, al que los historiadores  oficiales llaman indebidamente noveno, reunió en asamblea a nobles, clero y, por primera vez en la historia, al pueblo llano. En aquella asamblea nació un compromiso que obligaba a todas las partes, empezando por el rey mismo. Ese compromiso son los llamados Decreta de 1188, reconocidos por la UNESCO como el embrión de la democracia representativa, la que da lugar a los parlamentos modernos. Se trata, pues, de un hito en la historia universal. Hay ya en los Decreta una sensibilidad que apunta a la universalidad de los derechos humanos; hay también una casuística que atiende con sentido práctico y gran equidad a las circunstancias del momento y del lugar. Si trajéramos al día de hoy alguna  de aquellas  cláusulas, no podrían embargarnos las cuentas bancarias para el cobro de una multa, como se hace ahora, sin haber sido previamente oídos y, en su caso, condenados, por un juez. Los Decreta de 1188 son acaso uno de los mayores legados que el viejo Reino de León ha dejado a España y al mundo. Un legado que, reiteradamente oscurecido desde los estamentos oficiales, es necesario seguir reivindicando con la mayor firmeza desde la sociedad civil leonesa. A este propósito un grupo de ciudadanos se reunirá en la plaza de San Isidoro el próximo sábado día 22 de abril a las doce horas para leer en voz alta los mencionados Decreta. ¿Nos acompañas?

Representación de las Cortes de 1188 en San Isidoro (Foto David Gustavo López 2016)

Representación de las Cortes de 1188 en San Isidoro (Foto David Gustavo López 2016)

 

 

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CAMPANONES DE PASCUA EN QUINTANIELLA DE YUSO (CABRERA)

CAMPANONES DE PASCUA EN QUINTANIELLA DE YUSO (CABRERA)

 

Texto y fotos: David Gustavo López

            Escribe Iván Martínez Lobo en el diario digital “El Cabreirés” que en Quintanilla de Yuso los niños quieren ser lobos ya desde pequeños. Y dice esto porque en dicho pueblo cabreirés los más pequeños están deseando que llegue el Domingo de Pascua para disfrazarse de tal personaje y asustar a los demás chavales en el transcurso de la tradicional mascarada que se celebra en este día después de la misa.

            Y sale el lloubo, sí, más veloz que los auténticos lobos en su carrera con un palo tras los chiquillos. Y salen también el Vieyo y la vieya a pedir el aguinaldo por las casas y, cómo no, la tradición se habría roto si faltasen los campanones, con su cabeza tapada mediante caretas de cartaloxo, como aquí denominan a la corteza de abedul, la cual les confiere aspecto de monstruo vegetal casi escondido bajo una especie de pelambrera a base de papelillos de colores y, sobre ella, una gran boina. Del resto del atuendo, lo más visible es una larga anguarina de paño oscuro que obliga a eliminar los cencerros que en su origen dieron nombre al personaje. Y falta por salir la pareja de jóvenes, asistentes obligados hace algunos años, de quienes dicen que andando el tiempo volverán a aparecer. A cambio, otros bichos anacrónicos (el león, el gorila, el macho cabrío, etc.) hacen acto de presencia y acompañan a la comitiva principal.

            Lo importante es que la tradición, propia de las fechas de final o de principio de año, se mantiene aunque en algún momento incierto haya tenido que trasladarse al Domingo de Resurrección o de Pascua -en la localidad cabreiresa de La Cuesta ha pasado al último domingo de enero-, cuando ya han finalizado la Cuaresma y la Semana Santa. Seguro que algún cura, celoso en su ministerio, consideró que los seres infernales era mejor que saliesen espantados por causa de la resurrección de Jesucristo que no por su nacimiento. Claro que seguramente ignoraba que ni una cosa ni otra tenían nada que ver, pues se trata de una manifestación de origen pagano, vinculada a la celebración de la victoria del Sol sobre las tinieblas.

            Se nota en el ambiente y es de admirar la ilusión puesta por los mozos de Quintaniella de Yuso en mantener sus tradiciones, encabezados por Sergio Carracedo y agrupados en la Asociación Cultural San Yusto. El lugar, la verdad, está a juego con ellas. Son muchos los rincones y casas que mantienen su raigambre popular cabreiresa, aunque, a mi parecer, ninguno como ese conjunto de tres pequeñas viviendas con sus respectivos hornos alineadas en la misma calle.

 

Un campanón luciendo su anguarina de paño

Un campanón luciendo su anguarina de paño

Dos campanones con caretas de cartaloxo (corteza de abedul) a la puerta del antiguo cilleiro

Dos campanones con caretas de cartaloxo (corteza de abedul) a la puerta del antiguo cilleiro

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 Se muere de risa cuando vieyo y campanón se acercan a pedir el aguinaldo

Se muere de risa cuando vieyo y campanón se acercan a pedir el aguinaldo

Tres casas y tres hornos. También había, y algunas se conservan, cinco herrerías.

Tres casas y tres hornos. También había, y algunas se conservan, cinco herrerías.

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LAS ASOCIACIONES Y LA HIPÓTESIS DEMOCRÁTICA

LAS ASOCIACIONES Y LA HIPÓTESIS DEMOCRÁTICA

José Luis Gavilanes Laso

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            El posicionamiento de distintas  asociaciones, muy concretamente la de Amigos del Patrimonio Cultural de León Promonumenta, sobre el controvertido asunto de la Plaza del Grano, y algunos criticas derivadas de la actitud supuestamente autoritaria y parcial de sus delegados (incluso de secuaces satélites del Ayuntamiento) en algo tan relacionado con ese asunto como es la defensa del patrimonio, me ha llevado a reflexionar  sobre el papel que juega en ellas la  hipótesis democrática. A menor escala, de modo menos complejo y “mutatis mutandis”, las asociaciones funcionan en un régimen democrático entre dirigentes y dirigidos análogamente al que existe entre gobernantes y gobernados de un Estado.

            Aunque  pueda parecer indecente o sacrílego afirmar que la hipótesis democrática está basada en ficciones, al menos me lo parece, tanto para un Estado como para una simple asociación, sea cultural, política,   recreativa   o de amigos de lo que sea. Por ejemplo, la idea de  que una asociación   (versus  el “pueblo”) sea una comunidad de pensamientos, de sentimientos y  de voluntades, más parece una ficción que otra cosa, pero tan comúnmente aceptada como que no hay dos sin tres ni causa sin efecto. De hecho, Promonumenta es efectivamente una comunidad de intenciones integrada por 516 socios, pero sólo en cuanto que todos ellos están sujetos y obligados por un mismo orden, sus estatutos. Y ficción parece el principio de representación al presuponer la temeridad de que en lugar de la asociación u órgano representado (que no pude hablar) se coloca una junta directiva o representación indirecta (versus “parlamento”, que habla en su nombre).

            La hipótesis o teoría democrática atribuye al pueblo, como a la asociación, una “voluntad general”. Pero la “voluntad general” no se puede expresar en un voto directo, de modo que es necesario que quien la exprese sea un número de personas más pequeño que el de los electores. La voluntad   de   éstos   se   considera   idéntica   a   la   “voluntad   general”.   Para   tener la   posibilidad   de expresarse los socios deberán, pues, transferir su soberanía a estas personas. En otras palabras, la asociación tiene su voluntad pero, no pudiendo expresarla directamente, la transfiere a otros pocos, sus representantes, delegados o junta directiva. ¿Es posible que la asociación en sí transmita a otros su  soberanía?  ¿Y  de   qué   modo? Se abre así  uno  de los enigmas no resueltos de la hipótesis democrática, sea aplicable al Estado o a la asociación. La soberanía consiste esencialmente en el concepto abstracto de una “voluntad general” que de suyo no puede ser representada personalmente. Asume que cada individuo tiene una voluntad propia pero que existe una voluntad que los unifica a todos, como una suerte de Espíritu Santo laico que está por encima de las voluntades individuales. Pero ¿qué es eso de la “voluntad general”, visto que cada hombre tiene su voluntad individual y que una voluntad colectiva sólo puede darse cuando hay (si la hay) unanimidad absoluta y eso, por ejemplo, entre 516 es imposible?

            El propósito ideal es una soberanía asociativa, esto es, de asociar a los asociados con la acción de sus representantes o junta directiva. Pero, ¿de qué forma se manifiesta esa asociación de los dirigidos con la acción de los dirigentes? ¿Consultarlos a todos continuamente sobre cualquier asunto? ¿En el caso de la Plaza de Grano, como en la hipótesis de la peatonalización o no de la calle Ordoño II, o para cualquier viaje cultural, o para cada una de las hacenderas que realiza, etc., etc.? Si así fuese la asociación se reduciría a perenne convocatoria asamblearia, con lo cual muchos de los socios dejarían de serlo y la  asociación desaparecería.  Puesto  que,  entonces,  los  socios   no pueden estar en estado de asamblea permanente para ocuparse de los asuntos públicos, o lo que es lo mismo, dirigir de modo directo, se ven obligados a designar un grupo de personas que dirijan en su nombre, es decir que los representen. La representación es la pasarela fundamental sobre el sendero de la democracia y también la que está más erizada de peligros. En el instante en el que la asociación se dota de representantes, ocurre como con el pueblo, ya no es libre, deja de existir. El socio cede su soberanía a personas que después de ser elegidas pueden hacer literalmente lo que les venga  en gana ¿Y entonces? ¿Cómo se puede creer que los elegidos como sus representantes piensan igual que quienes les han elegido? Una vez elegido, el directivo representa no  a las específicas personas que le han votado, sino a la asociación entera, por cuyos intereses debe velar. Esta sencilla síntesis muestra que el principio de la representación es una de las ficciones más temerarias y  tortuosas de la hipótesis democrática. Una “crasa ficción” porque el elegido por votación  expresa no su voluntad,   sino la de  la asociación,  esto es, se “transustancia”  en  algo completamente diferente y consigue hablar con la voz de otro.

            Este principio hace que  entren en  escena dos nuevos   factores cruciales: un actor y una función. El actor es un grupo de personas, la junta directiva, que sí son parte de la asociación, pero una “parte especial”. De hecho la asociación le transfiere su propia soberanía en base a una máxima como ésta: «Hazlo tú en mi lugar, lo que hagas será como si lo hubiese hecho yo». Pero, vista desde otro ángulo, la transferencia   de soberanía no sólo es la transferencia de una   voluntad,  es la “atribución” de poderes y de poder, como suele ser preceptivo en los estatutos de las asociaciones (por lo menos en la de Promonumenta, que conozco bien por ser miembro de la misma, según el apartado 1 del artículo 11 de sus estatutos). Los elegidos, una vez instalados, toman el mando de los diversos niveles previstos (presidente, vicepresidente, secretario, tesorero y vocales). Al aceptar el principio de representación, uno se somete, por tanto a hacer una “enorme inversión de fe” en personas que pueden sernos desconocidas o no conocidas suficientemente o no ciertamente las más capacitadas  para  dirigir,  y  que  acaban  por  constituir una espesa membrana intermedia entre la asociación y la actividad de gobierno.

            El instrumento mínimo fundamental en el que se basa la democracia es el voto por el que se manifiestan la libertad y soberanía de los  socios.  Sin embargo,  lo del voto,  visto  también  con implacable rigor democrático, no deja de ser un “acto fatal”. Ya Rousseau advertía en 1762 que quien cree en la libertad del elector estaba en un error: «El pueblo inglés, que cree ser libre, se equivoca rotundamente. Lo es sólo en la elección de los miembros del parlamento. Apenas estos son elegidos,  es ya esclavo, no  cuenta  para nada».  (“El contrato social”, III). Parece como si  no hubiesen pasado dos siglos y medio. El único modo de rebelarse por desconfianza o por las posibles arbitrariedades o desviaciones de los dirigentes es la moción de censura, que suele ser preceptiva en los estatutos de las asociaciones. A la idea de representación nos rendimos, por tanto, por motivos de utilidad práctica. Como una solución impuesta por la “división de trabajo”.

            Y para finalizar, es preciso, incluso necesario, aceptar que existe confianza, que los representantes se identifican con los representados y que las decisiones tomadas por los primeros son las mismas que los segundos expresarían si pudieran. La hipótesis democrática comporta, en efecto, “una relación de identificación recíproca” entre los socios y su junta directiva. Como ya he advertido más arriba, este paso implica una suerte de misteriosa transustanciación, un hecho que no es fácil de admitir. La hipótesis de un sistema perfecto de regulación de la vida asociativa que dé satisfacción a todos y cada uno de los asociados está por descubrir, tal vez porque es imposible. Por eso se suele decir que la hipótesis democrática, aunque denote “una crasa ficción”, es la menos mala de los sistemas de gobierno o dirección por el que se rigen los pueblos y las asociaciones.

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HACENDERA DE PROMONUMENTA EN LA ERMITA DE FOLIBAR

HACENDERA DE PROMONUMENTA EN LA ERMITA DE FOLIBAR
HACENDERA DE PROMONUMENTA EN LA ERMITA DE FOLIBAR
El interior, ya casi desbrozado. Foto: David Gustavo López

El interior, ya casi desbrozado. Foto: David Gustavo López

Algunas veces descansan todos, menos alguna voluntaria. Foto: David G. López.

Algunas veces descansan todos, menos alguna voluntaria. Foto: David G. López.

ERMITA DE FOLIBAR. Desbroce del interior. Foto Chema Vicente

ERMITA DE FOLIBAR. Desbroce del interior. Foto Chema Vicente

Antes y después desde la puerta de acceso a la ermita. Foto: Chema Vicente

Antes y después desde la puerta de acceso a la ermita. Foto: Chema Vicente

El concejal Iván Alonso, el arquitecto Jesús Martínez y el presidente de ProMonumenta Marcelino Fernández, intercambiando imopresiones sobre la posible restauración.

El concejal Iván Alonso, el arquitecto Jesús Martínez y el presidente de ProMonumenta Marcelino Fernández, intercambiando imopresiones sobre la posible restauración. Foto: David Gustavo López.

Los voluntarios. Foto: Chema Vicente.

Consolidando algunas piedras que peligraban caer. Foto: Chema Vicente.

Consolidando algunas piedras que peligraban caer. Foto: Chema Vicente.

Autor del Texto: David Gustavo López

Autores de las Fotos: Chema Vicente y David Gustavo López

La Asociación de Amigos del Patrimonio Cultural PROMONUMENTA realizó el pasado sábado, día uno de abril, una hacendera de limpieza y acondicionamiento en la abandonada ermita de la Virgen de Folibar, en el término de San Esteban de Valdueza, perteneciente al municipio de Ponferrada. El trabajo ha sido realizado a solicitud del concejal de Patrimonio en el Medio Rural del Ayuntamiento de Ponferrada, Iván Alonso, dentro de su ambicioso plan para la recuperación del riquísimo patrimonio existente el municipio y, sobre todo, en el área de la conocida Tebaida, en la cual se halla la ermita.

            La ermita de Folibar, mencionada como torre de Foylovar en la Edad Media, se remonta a época incierta, cabiendo la posibilidad de que alguna de sus partes tenga origen romano, albergándose en ella la imagen de la Virgen de Folibar, del siglo XIV, que al iniciarse la ruina de la ermita fue trasladada a la iglesia parroquial de San Esteban de Valdueza, donde ha sido restaurada y en cuyo retablo principal todavía se conserva. No se sabe a ciencia cierta cuándo se inició la ruina del edificio, pero no es mencionada ya en el Diccionario Geográfico de Pascual Madoz de 1845, siendo posible que más o menos a tal época se remonte su abandono, a juzgar, sin buscar más razones, por el estado de derrumbamiento de sus muros y por los densos zarzales, arbustos e, incluso, árboles que hasta el sábado crecían en su interior.

            En el trabajo de limpieza y recolocación de algunas piedras y sillares de los muros y torre que peligraban con desmoronarse, participaron también algunos vecinos de  San Esteban de Valdueza y de Valdefrancos, éstos últimos encabezados por el presidente de su Junta Vecinal, Ricardo López, y por el activo organizador de la marcha por los canales romanos, Andrés López, quienes consideran que Folibar es una reliquia devocional que perteneció a su pueblo. El exterior de la ermita ya había sido desbrozado en día anterior con el tractor del Ayuntamiento de Ponferrada.

            También estuvo presente Iván Alonso, concejal de Patrimonio en el Medio Rural del Ayuntamiento de Ponferrada, quien departió sobre las obras de restauración necesarias con el presidente de Promonumenta, Marcelino Fernández, y con el arquitecto autor del proyecto de restauración del castillo de Sarracín y miembro de esta asociación Jesús Martínez.

            El calendario de próximas actividades de Promonumenta incluye una nueva actuación en el valle del Oza para desbrozar, a solicitud del presidente y vecinos de Valdefrancos, el camino que desde este pueblo asciende a los canales romanos por el denominado paraje de Las Forgas.

 

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