Como en años precedentes, el 14 de octubre de este año ha tenido lugar la XII entrega de premios “Palacio de Canedo”, bajo las siglas de la “Fundación Prada a Tope”, concerniente a las mejores restauraciones y rehabilitaciones realizadas en la comarca de El Bierzo y, como todos los años, Promonumenta ha sido invitada, en este caso representada por su Presidente Marcelino Fernández Ibáñez y Vicepresidente José Luis Gavilanes Laso.
Bodega de Canedo. Entrega de premios «Prada a Tope» 2021 (Marcelino Fernández)
A juicio del jurado, compuesto por cinco miembros, se han premiado las 14 mejores iniciativas, dentro de cuatro categorías, con una entrega de 14.000 euros. Esta cantidad, proveniente de distintas instituciones, ha sido repartida entre las mejores actuaciones, según los conceptos señalados de restauración y rehabilitación de edificios en localidades pertenecientes a la comarca berciana durante este último año; así como otras iniciativas particulares y colectivas que de forma desinteresada han mejorado la calidad de vida de los pueblos bercianos, tanto estética, higiénica como funcionalmente. La entrega de premios ha tenido lugar en la en el interior de la bodega del Palacio de Canedo, cumpliendo así la normativa de seguridad respecto a la pandemia. Cerró el acto el fundador y presidente de la “Fundación Prada a Tope”, José Luis Prada, quien recalcó, expresándolo con la fuerza animosa que le caracteriza, que estas pequeñas intervenciones en los pueblos, por diminutas que puedan parecer, son sin embargo aportaciones que contribuyen a la construcción de un mundo mejor.
Asociaciones leonesas en la Puerta del SolColectivos de Cabrera
Miles de personas desplazas desde toda España, se han manifestado el sábado 16 de octubre en Madrid contra los macroproyectos de energías renovables que se están proyectando y comenzando a tramitar.
Casi 200 entidades han secundado la protesta de Aliente, una alianza de energía y territorio que defiende una transición energética «realmente ecológica, sostenible y justa con las personas y los territorios».
Bierzo Aire LimpioUna frase que merece un premio
León, junto con Teruel, fueron las provincias más representadas. Concretamente, por León asistieron las siguientes asociaciones y colectivos:
Plataforma Montaña Central Leonesa (Ileón)
Asociación Rural Cepeda Órbigo (Arco); Alto Valduerna Natural y Sostenible; Plataforma Ciudadana por la Igualdad y Contra la Violencia de Astorga; Bierzo Aire Limpio; Cabrera Despierta; La Cepeda Viva; León Ruge; Luna Verde; Plataforma por el Futuro de la Montaña Central Leonesa; Plataforma en Defensa de la Cordillera Cantábrica; Rural Sostenible; Unidos Valderrey Dice No; Institutu D’Estudios Cabreireses; Asociación por el Desarrollo Rural del Bierzo y La Cabrera; y la Plataforma para la Defensa de Gistreo.
El pasado sábado, 16 de octubre, un grupo de treinta
voluntarios de la Asociación de Amigos del Patrimonio Cultural de León
PROMONUMENTA, se desplazaron al monasterio de monjas cistercienses de Santa
María de Gradefes para llevar a cabo una hacendera que permitiera liberar de
mala vegetación a numerosas zonas verdes del monasterio, incluso ornamentales,
que lo precisaban.
Cortando la hierba de la huerta (Foto J.M. García Villar)
Esta hacendera se inscribe entre las que Promonumenta
efectúa con cierta regularidad, normalmente anual, para ayudar al mantenimiento
de edificios integrantes del patrimonio monumental de León que así lo requieren
y que de forma habitual son solicitadas por las instituciones o particulares propietarios
del bien, tal y como en este caso ha ocurrido con la comunidad de monjas
cistercienses del monasterio, cuyo menguado número no permite atender a estas
necesidades.
Voluntarios de promonumenta junto con las monjas del monasterio. (Foto J.M. García Villar)
La hacendera se hallaba entre las suspendidas por causa de
la pandemia del Covid 19, que ahora han podido ser recuperadas.
El castillo de Laguna de
Negrillos logra el indulto
El castillo
de Laguna de Negrillos ha estado trece largos años en la Lista Roja del
Patrimonio. Una subvención de la Diputación permitió consolidar esta fortaleza
del siglo XIII propiedad de la familia de Suero de Quiñones. Es el sexto
monumento leonés que ingresa este año en la Lista Verde.
Durante la restauración
El castillo de Laguna de Negrillos, que ha estado durante trece años en la Lista Roja. MEDINA
Una prórroga
salvó ‘in extremis’ el castillo de Laguna de Negrillos. La pandemia había
dejado a medias su restauración, incluida en un programa de rescate del
Patrimonio Histórico, dotado con 5,6 millones de euros del Instituto Leonés de
Cultura (ILC). La fortaleza fue uno de los doce monumentos ‘repescados’ por la
institución provincial, porque con el coronavirus las obras quedaron
empantanadas y sin posibilidad de cumplir los plazos establecidos en la
subvención. Finalmente, consiguieron concluir la restauración gracias a una
moratoria.
La rehabilitación, que consistió básicamente en la limpieza, consolidación y reconstrucción del edificio, supuso una inversión de 213.588 euros, financiados por el ILC (90%) y el ayuntamiento (10%). Esta intervención ha permitido sacar de la Lista Roja del Patrimonio al sexto monumento leonés en lo que va de año. Los otros indultados han sido la prefectoría de Lois, las Cuevas Menudas, el Castro de la Peña del Hombre, el monasterio de Sandoval y la iglesia de Valdavida.
Salvar el
castillo de Benal costará solo 300.000 euros. El 90 por ciento lo aporta el
‘Programa R’, puesto en marcha por la Diputación con seis millones de euros
para rescatar el patrimonio abandonado. El resto, corre a cargo del pequeño
Ayuntamiento de Riello. La intervención consistirá básicamente en consolidar
las ruinas que se han salvado. El castillo de Benal (Beñal o Benar) lleva años
en la Lista Roja de Hispania Nostra —la vergonzante nómina de monumentos
maltratados y en ruina—, porque no ha visto una restauración en siglos. Desde
hace más de una década el Ayuntamiento y, desde 2018, también la Asociación de
Amigos del Castillo de Benal, negocian la cesión de esta fortaleza, que fue el
bastión de la poderosa familia noble de los Quiñones. Los actuales
propietarios, una familia afincada en Venezuela, traspasará la titularidad del
castillo al Ayuntamiento, con el que ya firmó este compromiso en un documento
privado.
Manuel
Rodríguez, alcalde de Riello —municipio al que pertenece la localidad de El
Castillo—, resta importancia al desprendimiento de una gran roca de la
fortaleza hace unos días que impactó en la carretera. «Lo importante», dice,
«es que, por fin, va a empezar la restauración y el castillo se va a salvar».
De la misma opinión es la Asociación de Amigos del Castillo de Benal.
El
arquitecto Rogelio Geijo, autor del proyecto de restauración, considera que la
próxima intervención en Benal debe ser «el punto de partida».
Hace unos
años se desplomó una pared entera y el monumento (declarado en 1949) está
asfixiado por la maleza. No solo ha sufrido los estragos del tiempo, sino una
rapiña sistemática, con el continuo expolio de piedras y sillares para usarlos
en otras edificaciones de la comarca. «La mampostería ha perdido parte del
mortero y es continuo el desprendimiento de cantos de las fábricas», dice el
informe del arquitecto. La lista de daños resulta interminable. La torre del
homenaje, de planta cuadrada, ha perdido sus forjados y existe un gran boquete
por el que se puede acceder al interior del castillo. Los torreones de la
esquina norte y suroeste se encuentran descalzados, así como las zonas del
lienzo oeste y sur.
Los trabajos
se ceñirán a desbrozar el terreno, limpieza de muros, evitar nuevos derrumbes,
asegurando las estructuras que se mantienen en pie, así como el preceptivo
estudio arqueológico. La complejidad del terreno impedirá llevar a cabo más
actuaciones. Y es que una de las paredes está literalmente al borde de un
precipicio, de forma que para recalzar los muros —según explica Geijo—, parte
del presupuesto se consumirá en medios auxiliares. Además, se colocará un
vallado perimetral de seguridad, que limite el acceso al castillo, y se rehará
el portón de entrada.
Un plan ambicioso
El difícil
calcular el dinero que precisa la fortaleza. «Las posibilidade son infinitas,
todo dependerá del dinero disponible», asegura Geijo. El arquitecto tiene un
espléndido proyecto para recuperar no solo la fortaleza, sino un conjunto de
edificaciones agropecuarias —de los mismos propietarios—, que ahora se
encuentran abandonadas y en estado de ruina y que podrían albergar en el futuro
un museo de Omaña o un centro de interpretación de este castillo, cuya planta
triangular lo convierten prácticamente en un unicum, una rareza. Si se
acometieran ambos proyectos, con nuevos accesos, iluminación, cartelería e,
incluso, recuperación de la volumetría original del castillo, así como el
rescate de las edificaciones aledañas, el presupuesto podría sobrepasar el
millón de euros.
La fortaleza
omañesa se asienta sobre un primitivo castro romano. Se conserva un documento
expedido el 22 de marzo de 1366 en Calahorra, en el que Enrique II de
Trastámara concede a Juan González Bazán el castro de Benal. Seguramente, fue
la economía de medios y la morfología del altozano sobre el que se asienta los
que determinaron esta planta triangular, absolutamente novedosa en aquella
época. Para los Quiñones era el símbolo de su poder, un guerrero inexpugnable
al que llamaron ‘Atenar’, evocando a la acrópolis atenisense. El castillo de
Benal fue bastión de los partidarios de Enrique en su guerra frente a Pedro I
el Cruel. Nueve años después pasó a manos de Diego Fernández Quiñones, conde de
Luna, por testamento de su padre y está considerada la primera fortaleza
patrimonial de los Quiñones.
Aparte de
los conocidos usos defensivos, el castillo también hizo de cárcel en el siglo
XV. Su evidente posición estratégica le permitía controlar el Camino Real que
se dirigía a Cangas de Narcea y atravesaba el valle de Omaña. El castillo se
reformó en el siglo XVIII y en el XIX volvió a servir de cárcel de los concejos
de Paredes, Omaña, La Lomba y Riello. A finales del siglo XIX se destruyó parte
del castillo y los materiales se reutilizaron como pavimento de la carretera.
EL POLÍGONO
INDUSTRIAL de Puente Castro podría sacar a la luz la parte desconocida de Ad
Legionem, el vicus de la Legio VII que fue desenterrado hace 20 años durante
las obras de la Ronda Sur
El
Ayuntamiento de León ha encargado al despacho de arquitectos Rodríguez Valbuena
el proyecto para la urbanización del futuro polígono industrial de Puente
Castro. Uno de los objetivos del plan —prescriptivo en todas las obras del
yacimiento de León— es el análisis de los vestigios que pueda albergar la
superficie en la que se instalará la infraestructura económica. Y es que en
esta zona de la ciudad está el vicus romano Ad Legionem, una gran ciudad que
daba servicio al campamento romano que con el paso de los años creció y
multiplicó su población hasta convertirse en un gran núcleo residencial.
La
excavación se realizará en la zona norte del Sector, en una zona alejada del
espacio en el que se sabe de manera fehaciente que hay restos del vicus y el
responsable será el arqueólogo Fernando Muñoz Villarejo, uno de los
especialistas que más y mejor conoce el yacimiento romano de León.
Los
arqueólogos siempre han defendido que este vicus es, en realidad, la auténtica
cannaba de la Legio VII Gemina y consideran que llegó a tener 5.000 habitantes.
Corría el siglo I y, paralelamente al acantonamiento de tropas romanas en León,
en Puente Castro surgió un vicus llamada Ad Legionem Septima Gemina, donde
residían las familias de los soldados de la Legio VII. Una ciudad que a lo
largo de tres siglos vivió al amparo de la guarnición. Era una de las cannabas
puesto que la segunda se encontraba extramuros, a los pies del campamento. En
la campaña de excavaciones que tuvo lugar en el 2001, con motivo de las obras
de la Ronda Sur, se localizaron cuatro viviendas, una de ellas de planta
basilical. El proyecto de los arquitectos prevé propstar toda la zona para, en
el caso de que las catas encuentren restos romanos, integrarlos en la zona
verde. Uno de los vestigios que prevén encontrar será parte de la calzada
romana que llegaba desde el campamento hacia Ad Legionem. Los vuelos comenzarán
como tarde en noviembre para a continuación realizar los trabajos puramente
arqueológicos.
200 años de
vida
El vicus
militar pervivió al menos desde el siglo I hasta el III d.C. Además de los
restos de estructuras habitacionales, la excavación sacó a la luz restos
destacables en los niveles arcillosos del yacimiento. Es el caso de monedas de
oro y un gran número de elementos de material médico y quirúrgico, así como de
platos y cuencos. En lo referente a las piezas decoradas, las que se han
documentado son las típicas de la época altoimperial: frisos compuestos por
círculos concéntricos, segmentados, dentados y con motivos vegetales y
zoomorfos.