Información
detallada sobre el proyecto, enfdjcc.org
Todos
sabemos que es urgente hacer una transición energética hacia un modelo basado
en renovables: es, ya, un compromiso ineludible. Pero esa transición debe ser
socialmente justa y respetuosa con las personas, con la biodiversidad y con el
paisaje.
El modelo
basado en megainstalaciones se aleja completamente de este respeto necesario y
de la justa distribución social, al tiempo que representa una amenaza cierta
para los últimos espacios vírgenes.
Por ello
hemos iniciado esta campaña de crowdfunding, para emprender iniciativas
jurídicas como la única herramienta ante las amenazas de un modelo injusto y
devastador. Un equipo de especialistas pondrá en marcha distintas actuaciones
jurídicas, dará asistencia técnica y legal a colectivos y a entidades afectadas
por estos proyectos, y se construirá una biblioteca online de acceso libre con
recursos legales, bibliográficos y cartográficos para facilitar la
participación ciudadana.
Contamos con
la experiencia y compromiso de seis ONGs ambientalistas y con el respaldo de
equipos técnicos y jurídicos de solvencia.
Te pedimos
que te sumes a este reto para pasar juntos a la acción real. Las palabras deben
traducirse en acciones.
Toda la
información sobre esta iniciativa, con acceso al visor cartográfico de impactos
de los proyectos eólicos, está en fdjcc.org
Raquel
Palacio Vela se fue a la cama una noche con la noticia de que un gran parque de
aerogeneradores cosería alta Cabrera desde Puente Domingo hasta las
estribaciones de Peña Trevinca y desde Benuza hasta Encinedo. «Su pretensión es
llenar de molinos Silván, Sigüeya y Lomba, convirtiéndolo en el de mayor tamaño
de León con una potencia de 124 megavatios y 29 aerogeneradores en todo el
trayecto», denuncia. Raquel recuerda además que ya hay otros dos parques: en
Encinedo, Truchas y Castrillo, con 24 aerogeneradores y 54 megavatios. «Si
finalmente lo consiguen, se irán al traste proyectos por los que llevamos
trabajando años, planes e iniciativas con los que La Cabrera se ha puesto en el
mapa, proyectos con los que hemos construido los pilares de una comarca
sostenible y con futuro», dice con orgullo. Es el caso del Instituto de
Estudios Cabreirenses, de Cabrera natural, de la Red de canales romanos o de
los vestigios arqueológicos que, dice, quieren poner en valor. Esta vecina de
Sigüella recuerda además que a los molinos hay que unir las redes de evacuación
y las subestaciones, que por el norte estará en la central de Quereño y por el
sur en Zamora. «Cuando se queden obsoletos, la economía de la comarca estará
destrozada, nadie vendrá a desmantelar estos gigantes y sólo quedará la ruina».
Para luchar
contra la construcción de estos parques de aerogeneradores, el pasado 27 de
abril los vecinos crearon el colectivo Cabrera Despierta, un órgano con el que
tendrán que enfrentarse no sólo a la administración y a las empresas sino a la
mayoría de las juntas vecinales, que consideran que los molinos serán
beneficiosos para los pueblos.
Ernesto
Díaz, coordinador de la Plataforma para la Cordillera Cantábrica, recuerda que
en toda la estructura hay ya 8.500 aerogeneradores, pero que en proyecto hay
tres mil más. «No está bien llamarles molinos porque esta palabra nos conduce
hacia un significante mucho menos tenebroso que lo que en realidad implica su
estructura», reflexiona para explicar que estas moles alcanzan, desde la punta
de la hélice hasta la base del fuste, más de 200 metros, «una auténtica
salvajada». Ernesto advierte de que el destrozo medioambiental que provocan los
aerogeneradores comienza muchos antes de su instalación definitiva. «Para
trasladarlos hasta las cuerdas de la montaña hacen falta unos viales de acceso
que van a quedar abiertos toda la vida porque son necesarios para el
mantenimiento posterior», explica. Y es que, por poner un ejemplo de lo que
estos gigantes suponen para el hábitat, la limpieza de las aspas se debe
realizar una vez al mes puesto que están cubiertas de insectos que colisionan y
que son polinizadores. Todo ello repercute en una huella ecológica cuya
magnitud es aún incalculable, no sólo porque los aerogeneradores causen una
inmensa mortalidad de aves, de insectos y de murciélagos. «El problema con los
vertebrados terrestres es que estos parques suponen un efecto barrera. Las
montañas son corredores ecológicos, lugares por los que la fauna transita y
cambia de un valle a otro.
Gerardo
González es uno de los integrantes de la plataforma. Vecino de Colinas del
Campo, en el Bierzo, denuncia que tras el cierre de la minería, la economía de
esta zona de Bembibre depende únicamente del turismo y la naturaleza. «Van a
roturar todo el monte y el impacto visual será terrible», lamenta. Este
repoblador del León rural, que lleva en el pueblo desde que decidió abandonar
Ponferrada en 1995, hace hincapié en que este lugar es el hábitat del oso y el
urogallo y denuncia que las juntas vecinales «se están vendiendo a cambio de
nada». «Hay una opacidad terrible. Aquí sólo nos va a quedar la vía penal»,
lamenta.
Rallys en la
montaña
En el
momento en el que se instala una macroestructura de estas características en la
cuerda de las montañas, con unas pistas de acceso y un tendido eléctrico que
evacua la energía producida, comienza un tránsito de vehículos que hasta
entonces no llegaba a esas montañas y de cazadores que antes no accedían.
Además, por si alguien no lo ha pensado, los incendios se incrementarán».
Además, el impacto paisajístico también será descabellado.
Ernesto Díez alerta asimismo del impacto lumínico. Y es que los aerogeneradores
llevan una luz parpadeante que, por seguridad aérea, no se detiene nunca. «Es
un piloto en blanco y rojo que no cesa en toda la noche y provoca un inmenso
estrés en los animales», clarifica. De hecho, hay estudios acerca del efecto
que genera en la infertilidad del ganado.
Por otro
lado, la degradación de la tierra en la que se asientan también es importante.
«Cada uno de los molinos lleva una inmensa zapata de hormigón para sujetar el
fuste de hormigón y acero, y en su composición se requieren componentes de
tierras raras, que vienen de países como China, el Congo, Bolivia, Kazajistán,
etc. Es decir, no vemos el impacto ambiental que genera en esos países, pero
provocan daños difíciles de asumir», denuncia. De hecho, Ernesto Díaz asegura
que la huella de carbono necesaria para crear un aerogenerador no lo compensa
nunca la energía que produce.
Grandes corporaciones
«Aquí lo que
hay que tener en cuenta es a quién beneficia, quién está detrás de estos
proyectos», pregunta el activista, que desvela que los impulsores son las
grandes corporaciones, como Green Capital Power o el gobierno noruego, artífice
del parque de Barjas. El coordinador de la Plataforma hace hincapié además en
el futuro de los aerogeneradores, del que nunca se habla. Y es que no son
reciclables porque no hay tecnología para hacerlo. «Tampoco explican cuál será
el desmantelamiento a futuro. La intención es que los países del sur nos
convirtamos en la batería de los del norte», alerta, y avanza que otra de las
derivadas son las redes de transporte de esta energía. Explica que hay en
proyecto diversas redes de evacuación hacia Francia, incluyendo un cable
submarino por el golfo de Vizcaya al que ya está destinada una cantidad inmensa
de dinero público, más las redes de Portugal y España que conectarán con el
resto de Europa. Uno de los dibujos que mejor muestran el diseño de país que ya
se está forjando a través de los planes de energías limpias es que todo el
frente noroccidental deriva el 80% de la energía a Madrid, Cataluña, Levante,
Sevilla y Euzkadi. Hasta ahora los parques eólicos se concentraban en Galicia,
en Burgos, en Tarifa… el problema es que con los nuevos proyectos en marcha
del noroeste se convierte en un agujero negro.
Fue hace 20 años cuando se instalaron los parques que están ahora en marcha.
Entonces, los aerogeneradores tenían una altura de 60 metros. «¿Qué pasa ahora?
Que empezamos a acelerar. Lo hacen desde el Ministerio de Transición Ecológica
cierra las térmicas, descarboniza la economía y anuncia que España se
convertirá en el granero de energías renovables de Europa», explica Ernesto. El
ecologista explica que el Plan Nacional de Energía y Clima, comenzó a
tramitarse en 2020 con un proceso de participación pública que de manera
aparente era abierto. «Luego, esa condición se la fumaron en la resolución y
hace mes y medio fue publicado en el BOE». Al tiempo, la ley de cambio
climático salía del Senado y regresaba al Congreso con cuatro mociones.
Por otro
lado, advierte de que los planes de ordenación eólica de las comunidades
autónomas están manga por hombro. «Pero, a pesar de eso, en septiembre del año
pasado comienzan a aparecer proyectos, un hecho que no se produce de manera
casual». Añade que fue en septiembre del año pasado cuando comenzaron a
multiplicarse los planes y subraya que al tiempo se pone en marcha un relato
político que asegura que las instalaciones de aerogeneradores llegarán con
miles de millones de Europa. «Nos vendieron que serían la panacea y las
promesas llegaron de los de siempre. Sin embargo, las movilizaciones en contra
se repiten en toda la España despoblada, que se despoblará más aún», insiste Ernesto
Díaz.
Es entonces
cuando el ministerio, ante la contestación ciudadana, reacciona y realiza un
mapa de áreas susceptibles de acoger los parques. Lo divide en zonas de
alta, de media y de baja sensibilidad. «El problema es que el ministerio se
lava las manos y solo recomienda, no prohíbe. Cuando le pedimos a la ministra
que lo haga vinculante, contesta que la ordenación del territorio es
competencia de las comunidades autónomas», denuncia el biólogo, que advierte de
que todo es papel mojado, que no existe ordenación alguna. «Les hemos
pedido que pongan reglas claras y que será entonces cuando nos sentaremos a
hablar. Por ello, hemos pedido una moratoria de todos los proyectos hasta que
la normativa esté clara¿Cuánto puede durar esto, un año, dos? Pues esperamos»,
insiste. Sin embargo, y a la vista de que en la provincia ya se han presentado
20 proyectos de aerogeneradores y otros tantos de fotovoltaicas, Ernesto
entiende que la única vía que al final les quedará será la legal. De hecho, la
plataforma ya presentó recurso de alzada al PNIEC. Pero advierte de que
mientras no se publique en el BOE hay un gran «vacío y desamparo». No obstante,
el equipo jurídico ya ha alertado de que existen fisuras y desatención a las
directivas comunitarias. «Nuestra función es buscar los errores de bulto que
hay en la tramitación de los parques porque, por ejemplo hay una fragmentación
clarísima». Se refiere el coordinador de la plataforma al truco que utilizan
muchas empresas de dividir los aerogeneradores para que parezca que no afectan
a las zonas de alta sensibilidad. «Presentan cuatro proyectos cuyo impacto
parece menor pero no lo es», explica al tiempo que advierte de que agotarán
todas las vías administrativas y judiciales para evitarlo. «Y, si no, nos vamos
a Bruselas».
Ernesto Díez
pone el ejemplo de Green Capital Power, una de las empresas con más proyectos
en marcha y que consta de 50 sociedades limitadas. «Cada una de ellas se
presenta a un complejo y cada una se llevará sus subvenciones», dice con
ironía. «Me contaban que hace unos meses el pedáneo de un pueblo reunió a los
vecinos para decirles que una empresa ofrecía 42.000 euros para instalar seis
aerogeneradores en Cantixeira. Es su modus operandi. Llegan, compran y se van
aprovechándose del desamparo socioeconómico de los pueblos», lamenta. El
coordinador de la plataforma denuncia que todos los parques se han planificado
para alzarse en las zonas de máxima sensibilidad medioambiental realizado
por el Ministerio, pero lo hacen de tal manera que los dividen y bordean este
espacio. «La cuestión es si han tenido acceso ya al mapa del ministerio antes
de que se haya publicado», se pregunta.
La
Consejería de Medio Ambiente de la Junta ha preferido no posicionarse en los
problemas que las eólicas pueden provocar en la supervivencia de los hábitat y
las especies y se limita a contestar que no el ámbito competencial le
corresponde, sobre todo, a la Administración General del Estado, de la que
—asegura— depende autorizar la mayoría de este tipo de proyectos. Además,
también señala la responsabilidad de las consejerías de las que depende la
ordenación del territorio y la energía.
Colmenas en
Trabadelo
Una de esas
zonas más perjudicadas es la comarca del Bierzo. Allí, hay numerosos
emprendedores que han comenzado una segunda vida en el medio rural y que ven su
modo de vida amenazado. «Todo está a punto de ser destruido», dice con tristeza
uno de ellos. Y es que los aerogeneradores —el mismo miércoles un trabajador de
Green Capital Power hacía fotografías en la zona— acabarán con la explotación
apícola que ha levantado durante años. «Las colmenas no se pueden trasladar,
puesto que el sello de calidad te lo dan por el tipo de flores que polinizan»,
destaca. Y es que a las abejas les afecta todo: la radiación, el sonido, los
campos electromagnéticos, el viento…», señala. De hecho, la supervivencia de
abejas durante los meses de construcción del parque resulta siempre severamente
comprometida, así como en el aprovechamiento posterior debido al ruido generado
por los aerogeneradores.
A ello se
une la contaminación lumínica del parque eólico, dado que la luz artificial
interrumpe la polinización nocturna y conduce a un número reducido de frutos
producidos por la planta. Esta pérdida no puede ser compensada por
polinizadores diurnos. Ecólogos de la Universidad de Berna han acreditado
además que el impacto negativo de la luz artificial en la noche sobre los
polinizadores nocturnos podría incluso propagarse más a la comunidad
diurna.
También
alude al uso de los insecticidas que utilizan las empresas durante la
construcción de los parques eólicos y que son mortales para las abejas. Pueden
tener efectos fisiológicos como malformaciones, provocar la alteración del
patrón de pecoreo que afecta al aprendizaje y a la orientación de estos insectos,
y causar la inhibición de la alimentación o disminución de su sentido del
olfato.