«MAYOS AJUSTICIADOS» DE QUINTANIELLA (Quintanilla de Yuso)

«MAYOS AJUSTICIADOS» DE QUINTANIELLA (Quintanilla de Yuso)

LOS “MAYOS AJUSTICIADOS” DE QUINTANIELLA (Quintanilla de Yuso)

Texto y fotos: David Gustavo López

 

            No es necesario que contemos ahora lo que es un “mayo”, pero, por si algún despiste hubiera, conviene que recordemos brevemente lo principal de esta antiquísima tradición, celebrada en la noche del 30 de abril y extendida por muchos lugares de España, que consiste en traer al pueblo un árbol talado en los alrededores. Después de quitarle todas las ramas, salvo un penacho en la punta, y de descortezarlo (en algunos sitios se deja con corteza), la mocedad procede a pinarlo en la plaza o donde mejor convenga, siguiendo a este acto la consabida juerga. El “mayo” permanecerá pinado durante todo el mes de mayo, y de ahí su nombre.

            Hay zonas donde el ramo de la punta es sustituido por un monigote de trapo, a veces por dos, representando a un hombre y a una mujer. Con frecuencia son alegoría de algún tema alusivo a la fecha o alguna crítica de sucesos locales. Este tipo de “mayo” ha dado lugar a los llamados “mayos artísticos”, inventados en Jiménez de Jamuz para mostrar su buen hacer alfarero, ya que representan escenas con figuras o elementos moldeados en barro, extendiéndose a continuación por toda la zona.

            El origen y significado de esta tradición es incierto, pero la mayoría de

Mayos de Quintaniella. David Gustavo López

Mayos de Quintaniella. David Gustavo López

 

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El Mayo y la maya (ya con las piernas arrancadas) (Foto: David Gustavo López)

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Mayos «ejecutados» de Quintaniella. (David Gustavo López)

 

los etnólogos coinciden en atribuirle una antigüedad muy lejana, para algunos neolítica, considerando que su razón de ser deriva de un ritual de fertilidad, pues siendo el árbol el lugar de residencia de los espíritus arbóreos o de la vegetación, nada mejor que traerlos al centro del poblado para que extiendan su acción benefactora y fecundizante sobre humanos y animales.

            Es un hecho feliz que la tradición de pinar el mayo, que ya estaba extinguiéndose en la provincia de León, haya tomado fuerza nuevamente, siendo muchos los pueblos que ahora se ven adornados con este elemento de tan honda raíz.

            Hace unos días me llamaron la atención los “mayos” de Quintanilla de Yuso -“Quintaniella” se lee ahora en su indicador, pues el Ayuntamiento de Truchas, al cual pertenece, ha querido hacer gala del lleunés de Cabrera en todos los carteles del municipio-, pues no se trata de uno ni de una pareja sino de ocho, de la modalidad “mayo monigote”, todos colgados de árboles a la entrada del pueblo, como ajusticiados, no sé si ahorcados o crucificados. Me recuerda aquella mención que Horacio hizo de los cántabros, extensiva también a los astures que habitaban esta zona, donde mostraba su asombro ante aquellos guerreros que, derrotados por los romanos, morían en sus cruces colocadas a lo largo de los caminos cantando himnos de guerra y de libertad.

            Enhorabuena a los jóvenes de Quintaniella y a cuantos hayan participado en el mantenimiento de esta tradición.

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