Las ruinas del olvido. De los 54 monumentos leoneses incluidos en la Lista
Roja de Hispania Nostra, donde ingresan aquellos en riesgo de desaparecer, hay
una docena a la espera de un milagro desde hace más de una década.
Abandonados por
indolencia o falta de presupuesto. Una docena de monumentos leoneses espera la ruina definitiva o una
intervención ‘milagrosa’. Así permanecen, mientras se agrava su deterioro,
desde hace más de una década. La desidia es más antigua, pero no estaba
sometida a escarnio público hasta que Hispania Nostra creó la Lista Roja en 2007 para denunciar la
precaria situación del Patrimonio español.
Los tres monumentos
‘veteranos’ en esa nómina son el castillo de Villapadierna, el monasterio de Santa María de Trianos y el monasterio de San Esteban de Nogales. Lo cierto es que la fortaleza de
Villapadierna acaba de concluir una primera fase de restauración, por 300.000
euros, con cargo al Plan R (Recuperar, Regenerar, Reactivar) de la Diputación de León. El
monasterio de Trianos, fundado en el siglo XII, fue un importante centro de
ciencia y oración. Los restos están situados en una finca privada situada a dos
kilómetros de Villamol, lo que complica una intervención. Hace diez años Promonumenta lanzó
una llamada de socorro para evitar el desplome de varios castillos en la
provincia. El de Sarracín, en el berciano valle de Valcarce, estaba a punto de
hundirse. La situación era acuciante también para los castillos de Cea, junto
al río y villa de su mismo nombre; Alba, en Llanos de Alba, cerca de La Robla;
Benar o Benal, residencia de los condes de Luna en Omaña; y Valderas, en el
extremo Sur leonés. Diez años después, se han hecho obras de urgencia en el
castillo de Sarracín y también se está interviniendo en los de Benal y
Villapadierna. Pero, si la situación continúa ‘encallada’, algunos monumentos
ya no necesitarán más que un certificado de ‘defunción’.
Restaurar a tiempo
Pequeñas actuaciones
pueden salvar monumentos. Aplazar las obras es condenarlos
El castillo de Cea se derrumbó en parte, lo que obligó a la Junta
de Castilla y León a aprobar una partida de urgencia para poner una sujeción y
evitar más desplomes. Fue una actuación in extremis.
Sin dueño conocido
Promonumenta tiene el
propósito de resolver cuanto antes un conflicto que impide restaurar
definitivamente tanto el monasterio de San Esteban de Nogales como el castillo
de Cea: aclarar la titularidad de ambos monumentos. Hasta entonces, no podrán
reclamar subvenciones a la Diputación o a otras instituciones. Promonumenta
tiene claro que los dos edificios pertenecen a las juntas vecinales de ambas
localidades.
Un caso insólito es el
del castillo de Llanos de Alba. La mayoría de los monumentos agonizan
por falta de presupuesto. No es es el problema de esta fortaleza construida
hace doce siglos, que ingresó el pasado mes de septiembre en la Lista Roja.
Tenía concedida una subvención de 80.000 euros del Instituto Leonés de Cultura
(ILC) y otros 20.000 del Ayuntamiento de La Robla, pero faltaba un trámite para
iniciar la restauración: la cesión de uso del monumento para que comenzara la
consolidación de las pocas ruinas que aún quedan de esta fortaleza del siglo
IX. El pedáneo de la localidad no dio permiso, alegando que él no había pedido
la subvención. Ahora el castillo está literalmente sitiado en todos sus flancos
por una cantera.
La relación de los
monumentos más veteranos en la Lista Roja la completan el Pozo Ibarra; la casona-palacio de los Álvarez Carballo, del siglo
XVIII, ubicada en Orallo; el yacimiento de la ciudad romana de Ad Legionem,
cuyos restos aparecieron en varias excavaciones en Puente Castro; la iglesia de
San Román de Bécares; la casa señorial de La Veguellina, del siglo XVI-XVII,
que pudo pertenecer a alguna rama menor de los poderosos marqueses de Astorga,
señores de la merindad de La Cepeda.
El ILC puso en marcha
durante la presidencia de Eduardo Morán una operación para salvar el Patrimonio
leonés abandonado por otras administraciones. Destinó ocho millones de euros,
en dos fases, al llamado ‘Programa R’, para dar una oportunidad a enclaves
singulares de 45 localidades de la provincia, algunos en un lamentable estado
de conservación.
Habría sido fácil rescatar algunos edificios monumentales leoneses con una
pequeña intervención a tiempo. Demorar su rehabilitación la hace más compleja y
costosa; y, en el peor de los casos, quizá no se llegue a tiempo de evitar la
extinción de un patrimonio que pese a ser Bien de Interés Cultural (BIC) nunca
ha estado a salvo.
Danzas de Palos en Pobladura de Pelayo García. | T. GIGANTO
El equipo de
gobierno de la Diputación de León ha aprobado la declaración de Manifestaciones
Populares de Interés Turístico Provincial de este año 2023 para cuatro fiestas
tradicionales.
Se trata de
la Feria de la Cecina de Chivo de Vegacervera, que se celebrará este fin de semana 11 y 12 de noviembre, la
Pasquilla de Quintana del Marco, la romería de la Virgen del Valle de Llamas de
Cabrera y la festividad del Voto y las Danzas de Palos de Pobladura de Pelayo
García, por su carácter singular y la
originalidad de los eventos que celebran. Así lo ha anunciado este viernes el
presidente Gerardo Álvarez Courel, que ha firmado el decreto de declaración y
ha señalado el interés de la institución provincial en garantizar la
pervivencia de estas expresiones populares.
“Es un deber
ofertar el conocimiento de los hábitos ancestrales recibidos. La Diputación de
León mantiene una herencia cultural de obligada transmisión a las siguientes
generaciones”, ha declarado.
Courel ha
recordado que el reconocimiento de Interés Turístico Provincial se otorga con
carácter definitivo, siempre que la manifestación popular conserve los rasgos y
la esencia que motivó su distinción, y que son necesarios unos requisitos
obligatorios.
En concreto, la
fiesta o acontecimiento tiene que ser original, es decir, que sus elementos
esenciales contengan aspectos peculiares que las singularicen respecto de las
que se celebren en otras localidades. Además, el motivo de la celebración ha de
ser exclusivamente el arraigo popular y deben acumular una trayectoria mínima
de 30 años de conmemoración, o bien, haber recuperado un acontecimiento
perdido.
La movilización
contra los macroproyectos renovables, un «despertar» efectivo
Prada considera «decepcionante» la postura de los políticos que
no se enfrentan a estas estructuras, pero aplaude la unión de la sociedad que asegura
que «marca un antes y un después»
El portavoz de
la nueva agrupación ‘Salvemos nuestro Bierzo’, José
Luis Prada, nacida desde que su Fundación
lanzara un comunicado en contra de los macroproyectos energéticos en la
comarca, asegura que este movimiento está siendo efectivo desde la
manifestación del día 22 en Ponferrada «se está creando un estado de
opinión de rechazo a la proliferación de macroparques de renovables y cada
vez será más difícil su expansión aquí», pero advierte que el
problema de fondo sigue sin resolverse.
En la visita de
la ministra de Transición Ecológica, Teresa
Ribera al Bierzo, en la que él pudo entregarle el
manifiesto de la movilización considera sus declaraciones «faltas de
rigor, mostrando un desconocimiento real de la situación de nuestro
territorio… Vino a vender unos proyectos que son solamente humo y así, de momento,
apaciguar y tranquilizar a los bercianos… llevamos así años desde que se
inauguró la Ciuden, en definitiva hasta el momento: nada de nada»,
reprocha.
En cuanto a la
reunión que representantes de su Ministerio llevaron con miembros del
sector agroalimentario, de Bierzo enoturismo y del colectivo ‘Salvemos nuestro
Bierzo’, fue una juntanza «decepcionante»,
apunta. Se centraron, apunta, en decir que este
Ministerio desestimó 11 proyectos eólicos en este último mes y que en la
actualidad hay tramitándose parques para 118
aerogeneradores a los que el Ministerio está
poniendo numerosas trabas.
La directora
del Instituto de Transición Justa, Laura Martín, les apuntó que “no puede
concretar el número de instalaciones que en definitiva se llevaran a
efecto». A estos proyectos hay que sumar los que dependen de la
Junta, que son 4 parques eólicos con 39
aerogeneradores y 10
parques fotovoltaicos más aquí en el Bierzo. Además,
hay en tramitación otros 26 en el perímetro de la comarca, en La Cepeda, La
Somoza, Valduerna y Órbigo y que sus líneas de evacuación (alta tensión) confluirán
en su mayor parte en el centro del Bierzo.
«De
llevarse a cabo todo esto, se creará
un deterioro brutal para el paisaje del centro de la comarca y en los
alrededores de Ponferrada», por eso no entiende que tanto los ayuntamientos, como el Consejo Comarcal, la Diputación y la
propia Junta «estén siempre defendiendo el enorme potencial que tiene el
Bierzo con el aprovechamiento de los recursos naturales” y que no se
pronuncien y pongan los medios necesarios para que no se lleven a cabo estos
proyectos. «¿En que se quedaran esas afirmaciones cuando todas esas líneas
nos crucen para ir a parar a Compostilla,
Columbrianos y el Montearenas?», se pregunta
Frente a esta
parálisis de las administraciones locales, asegura Prada que hay un «despertar
en el estado de opinión de la sociedad berciana ante el aumento indiscriminado de macroproyectos de renovables»,
desde la manifestación. A ello se suma la notificación del Procurador del
Común sobre un parque de 50 hectáreas que estaba proyectado en terrenos de
Arganza, Cacabelos y Camponaraya «nos comunica que ya está denegado por
haber caducado los permisos de acceso y conexión de la instalación lo que
significa que poco a poco se está avanzando y ganando», apunta. Asegura
que la movilización «ha sido un antes y un después» para rechazar
estos proyectos.
Arte y activismo en una comarca leonesa: los vecinos
de La Sobarriba se unen contra los macroparques solares
La Plataforma por la Defensa de La Sobarriba y la
organización Concomitentes se han unido gracias a un antiguo vecino,
Alfredo Escapa, para crear con la artista María Auxiliadora Gálvez una
obra de arte en la localidad leonesa de Villavente que comienza a
construirse el 4 de noviembre
La comarca de La Sobarriba, se
ha convertido en una zona de sacrificio, en la que proliferan macroproyectos de
energías renovables que ocupan cientos de hectáreas de terreno. El hecho
patente de que sean zonas con baja densidad de población no hace que sus
habitantes las den por perdidas; ni ellos ni quienes alguna vez han vivido en
esa tierra. De esta responsabilidad ciudadana nace el proyecto ‘Narrativas
Solares’, una llamativa fórmula de alertar contra los macroproyectos solares a
través de un lenguaje universal; el del arte.
Uno de estos grandes proyectos
es el macroparque ‘Alba 1’, un
monstruo de espejos que ocuparía 150 hectáreas de terreno en el municipio de
Valdefresno. Sería de tal dimensión que se vería como un mar de placas de
cristal desde la carretera general que une Puente Villarente con Boñar, desde
Santa Olaja del Porma a Moral del Condado. Su estudio de impacto ambiental,
aprobado por la Junta de Castilla y León, aclara que aunque la mayoría del
terreno elegido como suelo rústico común, hay una parte de casi 7 hectáreas que
se corresponde con bosque de especies arbóreas frondosas.
Un proyecto de tal envergadura
indignó a los ciudadanos de La Sobarriba, pero también llegó a oídos de quienes
ya no habitan en la comarca, pero que no la han olvidado. Es el caso de Alfredo
Escapa, quien vivió allí durante 14 años y que, al enterarse de esta
preocupante noticia quiso hacer algo al respecto: “Me afecta mucho ver
proyectos de este tipo porque creo que La Sobarriba es una tierra de
sacrificio. Aunque yo estoy fuera quiero hacer algo por las personas que están
allí, las que se han quedado. Y no solo las personas, no me gusta el término
‘España vaciada’ porque además de gente hay animales, una geología particular
que van a verse perjudicadas con estos proyectos”.
Alfredo no había participado
nunca de forma directa en causas activistas, aunque siempre las ha apoyado,
pero encontró una fórmula con la que poder ayudar y, con ello, provocó el
germen del proyecto ‘Narrativas solares’, que podría decirse que se sustenta
sobre cuatro patas. La primera de ellas es el propio Alfredo y la segunda es la
organización Concomitantes, una asociación nacional que sirve de voz y nexo
para aquellos ciudadanos que desean llevar a cabo una obra reivindicativa por
una causa común.
Al lanzar la Convocatoria Arte
para la Sostenibilidad, ofrecieron a Alfredo (que ya sabía de la existencia de
esta asociación) el marco y los recursos necesarios para llevar a cabo una
protesta diferente a la burocrática: realizar una obra de arte. La convocatoria
tenía una base muy cerrada y tiene el objetivo de plasmar en una obra de arte
una serie de reclamaciones. El siguiente paso era entrar en contacto con los
vecinos de la comarca que podrían ayudarle, y ahí es cuando entra en contacto
con la Plataforma Ciudadana en Defensa de La Sobarriba.
El diseño de la obra de arte
Con ello, Alfredo se convirtió
en el mediador entre los vecinos y la asociación (sin formar parte de ninguna
de ambas) y, durante un año de reuniones y escucha, diseñaron un proyecto que
presentar a la convocatoria, que finalmente ganaron: “Mi mediación es una
escucha activa de los deseos y entresacar qué es lo que queremos decir. Esta
forma de trabajar con una protesta no es habitual, lo normal es la
documentación, el papeleo. Hay que comprender a la comarca y a las personas. Al
final la verdadera obra de arte ha sido el colectivo que se ha formado en este
tiempo”. El equipo ha estado formado por 10 personas de forma fija, aunque hay
mucha más gente detrás.
Tras un proceso de selección de
artistas, el grupo decidió optar por el trabajo de la versátil María Auxiliadora
Gálvez, arquitecta, paisajista y bailarina cordobesa que reside en
Madrid. Ya tenía experiencia en proyectos artísticos de este tipo de
arquitectura a la que denomina ‘somática’: “De una forma natural siempre me he
movido en una línea de aproximación entre la danza y la arquitectura. Los
lugares que construimos tienen que tener una relación con la vida y quienes van
a habitarlos”, explica la artista sobre su trabajo.
La Plataforma propuso una serie
de deseos respecto a su comarca, que ella debía de intentar plasmar en la obra
de arte: “Gran parte de lo que me proponían tenía que ver con la cercanía al
territorio; un proyecto que no solo fuese para humanos sino para otras especies
que habitan la zona”. Tras muchas reuniones y paseos por la comarca y,
concretamente en Villavente, la localidad en la que se ubicará la obra, el
proyecto fue tomando la forma de un espacio de reunión: “Hay algo muy simbólico
en cómo las parcelas de placas solares separan a los territorios. Queríamos, de
alguna forma, encontrar la forma de unir a la gente mediante esta pieza
artística”, explica Alfredo.
Aunque los detalles más
pequeños de la pieza todavía se están diseñando, consiste en la creación de un
punto de encuentro en torno a un montículo de un pasto comunal, con una
estructura de madera abierta y otra de sebes. De esta forma, la obra está viva,
formada por vegetación que seguirá creciendo una vez haya sido terminada.
Además de asientos para poder ofrecer ese espacio de reunión, el sol será el
protagonista de esta obra; pero no de la misma forma que los macroparques: en
uno de los laterales se grabarán las reivindicaciones de los vecinos para su
comarca y, en el otro, colgarán diferentes escamas que representan glándulas
epiteliales de diferentes especies y que, a través de sus agujeros, filtrarán
la luz del sol.
Prototipos de las escamas que formarán
parte de la obra de ‘Narrativas solares’
Ningún detalle es accidental.
El hecho de que se ubique en un terreno comunal responde a la llamada a la
comunidad y las sebes (arbustos o árboles que delimitan una finca de forma
tradicional en la provincia de León) se identifican con la identidad de la
provincia, sus tradiciones y su biodiversidad: “Era el material perfecto. Es
una obra viva, que se construye con una hacendera, de forma colectiva. Incluso
cuando terminemos, la obra estará inacabada, seguirá creciendo”, señala María
Auxiliadora.
Una biodiversidad en peligro
Si alguien sabe de la
biodiversidad de La Sobarriba es Daniela Canestrari, profesora titular de la
Facultad de Ciencias Biológicas y Ambientales de la Universidad de León y
especializada en la reproducción cooperativa y comportamiento social en
córvidos (en concreto la corneja negra, cuyo sistema de familia en esta zona es
único en toda Europa). Daniela forma parte de la Plataforma en defensa de la
Sobarriba y ha trabajado estrechamente en el proyecto de ‘Narrativas solares’.
Desde que conocieron la
proyección del macroparque ‘Alba 1’, Daniela y su marido (también experto en
Etología), comenzaron a recoger y presentar de forma coordinada y en tiempo
récord hasta 200 alegaciones de particulares en contra del proyecto. Daniela
asegura que no dejarán de recurrir el proyecto en los tribunales, a la espera
de que se resuelva un recurso de alzada interpuesto hace un mes: “Las energías
renovables son necesarias, pero antes de destruir el espacio natural hay que
hacerlo en las zonas construidas. Esa energía que se va a producir en nuestro
territorio no va a repercutir en la población general”. Además, han
participado en marchas como la que se vivió el 22 de octubre en el Bierzo.
Su marido y ella llegaron a La
Sobarriba en 1997 para realizar investigaciones en esa zona, tan relevante en
su campo científico: “Estos macroparques nos afectan de muchas formas, desde el
punto de vista personal lo consideramos una agresión al medioambiente. Desde un
punto de vista profesional nos afectaría mucho también porque sabemos que hay
muchas especies animales a las que dañarían. La especie que estudiamos, la
corneja negra, no está protegida pero de las 150 especies de aves que habitan
la comarca el 68% lo están”.
Reunión del grupo de comitentes, entre
los que se encuentra Daniela, con Alfredo y María Auxiliadora.
Pasar de una lucha burocrática
a una reivindicación artística ha sido un paso que Daniela valora más allá de
la protesta contra este parque: “Es algo diferente, este tipo de luchas siempre
se llevan a cabo desde ciertos cauces. Al final, así llegas a más personas, lo
que nos parecía complicado. Además, creo que cuando la obra esté acabada va a
atraer a personas que van a ir a la zona a verla y la van a valorar como lo que
es. Yo puedo explicar mil veces cuáles son las especies que corren peligro,
aportar los datos… y no va a funcionar. Si las personas no lo perciben no lo
van a defender y si vinieran verían cómo es todo esto de fantástico. A nosotros
este proceso también nos ha dejado un sentimiento de pertenencia muy grande”.
Para inaugurar el proyecto de
forma oficial el 3 de noviembre la Universidad de León y el Ateneo El Albéitar
acogen a las 10 horas una mesa redonda sobre ‘Macrorenovables, ciencias,
población y arte’, en la que estará presente Alfredo, Daniela, María
Auxiliadora y la profesora de la Universidad de León Estrella Alfaro-Saiz.
Al día siguiente, el sábado 4
de noviembre comienza la construcción colectiva de la obra en Villavente de la
Sobarriba a partir de las 10 horas desde la parada de autobús. Puedes
conocer más sobre el proyecto y la asociación desde
este enlace.