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UNA DOCENA DE MONUMENTOS LEONESES LLEVAN MÁS DE DIEZ AÑOS EN LA LISTA ROJA

UNA DOCENA DE MONUMENTOS LEONESES LLEVAN MÁS DE DIEZ AÑOS EN LA LISTA ROJA

DIARIO DE LEÓN 12-11-2023

Los ‘apóstoles’ de la desidia

Las ruinas del olvido. De los 54 monumentos leoneses incluidos en la Lista Roja de Hispania Nostra, donde ingresan aquellos en riesgo de desaparecer, hay una docena a la espera de un milagro desde hace más de una década.

VERÓNICA VIÑAS

12 DE NOVIEMBRE DE 2023, 3:33

Abandonados por indolencia o falta de presupuesto. Una docena de monumentos leoneses espera la ruina definitiva o una intervención ‘milagrosa’. Así permanecen, mientras se agrava su deterioro, desde hace más de una década. La desidia es más antigua, pero no estaba sometida a escarnio público hasta que Hispania Nostra creó la Lista Roja en 2007 para denunciar la precaria situación del Patrimonio español.

Los tres monumentos ‘veteranos’ en esa nómina son el castillo de Villapadierna, el monasterio de Santa María de Trianos y el monasterio de San Esteban de Nogales. Lo cierto es que la fortaleza de Villapadierna acaba de concluir una primera fase de restauración, por 300.000 euros, con cargo al Plan R (Recuperar, Regenerar, Reactivar) de la Diputación de León. El monasterio de Trianos, fundado en el siglo XII, fue un importante centro de ciencia y oración. Los restos están situados en una finca privada situada a dos kilómetros de Villamol, lo que complica una intervención. Hace diez años Promonumenta lanzó una llamada de socorro para evitar el desplome de varios castillos en la provincia. El de Sarracín, en el berciano valle de Valcarce, estaba a punto de hundirse. La situación era acuciante también para los castillos de Cea, junto al río y villa de su mismo nombre; Alba, en Llanos de Alba, cerca de La Robla; Benar o Benal, residencia de los condes de Luna en Omaña; y Valderas, en el extremo Sur leonés. Diez años después, se han hecho obras de urgencia en el castillo de Sarracín y también se está interviniendo en los de Benal y Villapadierna. Pero, si la situación continúa ‘encallada’, algunos monumentos ya no necesitarán más que un certificado de ‘defunción’.

Restaurar a tiempo

Pequeñas actuaciones pueden salvar monumentos. Aplazar las obras es condenarlos

El castillo de Cea se derrumbó en parte, lo que obligó a la Junta de Castilla y León a aprobar una partida de urgencia para poner una sujeción y evitar más desplomes. Fue una actuación in extremis.

Sin dueño conocido

Promonumenta tiene el propósito de resolver cuanto antes un conflicto que impide restaurar definitivamente tanto el monasterio de San Esteban de Nogales como el castillo de Cea: aclarar la titularidad de ambos monumentos. Hasta entonces, no podrán reclamar subvenciones a la Diputación o a otras instituciones. Promonumenta tiene claro que los dos edificios pertenecen a las juntas vecinales de ambas localidades.

Un caso insólito es el del castillo de Llanos de Alba. La mayoría de los monumentos agonizan por falta de presupuesto. No es es el problema de esta fortaleza construida hace doce siglos, que ingresó el pasado mes de septiembre en la Lista Roja. Tenía concedida una subvención de 80.000 euros del Instituto Leonés de Cultura (ILC) y otros 20.000 del Ayuntamiento de La Robla, pero faltaba un trámite para iniciar la restauración: la cesión de uso del monumento para que comenzara la consolidación de las pocas ruinas que aún quedan de esta fortaleza del siglo IX. El pedáneo de la localidad no dio permiso, alegando que él no había pedido la subvención. Ahora el castillo está literalmente sitiado en todos sus flancos por una cantera.

La relación de los monumentos más veteranos en la Lista Roja la completan el Pozo Ibarra; la casona-palacio de los Álvarez Carballo, del siglo XVIII, ubicada en Orallo; el yacimiento de la ciudad romana de Ad Legionem, cuyos restos aparecieron en varias excavaciones en Puente Castro; la iglesia de San Román de Bécares; la casa señorial de La Veguellina, del siglo XVI-XVII, que pudo pertenecer a alguna rama menor de los poderosos marqueses de Astorga, señores de la merindad de La Cepeda.

El ILC puso en marcha durante la presidencia de Eduardo Morán una operación para salvar el Patrimonio leonés abandonado por otras administraciones. Destinó ocho millones de euros, en dos fases, al llamado ‘Programa R’, para dar una oportunidad a enclaves singulares de 45 localidades de la provincia, algunos en un lamentable estado de conservación.

Habría sido fácil rescatar algunos edificios monumentales leoneses con una pequeña intervención a tiempo. Demorar su rehabilitación la hace más compleja y costosa; y, en el peor de los casos, quizá no se llegue a tiempo de evitar la extinción de un patrimonio que pese a ser Bien de Interés Cultural (BIC) nunca ha estado a salvo.

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