El jueves, 13 de abril, PROMONUMENTA celebró Asamblea General Ordinaria y Asamblea General Extraordinaria. Las anteriores habían tenido lugar en septiembre del año 2020, no habiéndose celebrado ninguna posterior por causas derivadas de la pandemia del Covid 19.
A ambas Asambleas asistieron un total de 97 asociados, lo cual es muestra del interés suscitado por los temas a tratar.
En la Asamblea Ordinaria, la Junta Directiva di´o información sobre las actividades y estado de cuentas de los años 2020, 2021 y 2022. En la Asamblea Extraordnaria se procedió a la elección de toda la Junta Directiva por haberse cumplido los mandatos estatutariamente establecidos (2 años).
Al cargo de Presidente se presentaron dos candidaturas, resultando reelegido por amplia mayoría el actual presidente D. Marcelino Fernández Ibáñez. Para el resto de los cargos, por no haberse presentado más que una candidatura, quedó elegida sin necesidad de votación, de acuerdo con lo establecido en los estatutos de la Asociación.
Como resultado de la Asamblea, ha resultado la siguiente Junta Directiva de PROMONUMENTA:
-PRESIDENTE: D. Marcelino Fernández Ibáñez, con D.N.I. 09.598.545 R.
-VICEPRESIDENTE: D. José Luis Gavilanes Laso, con D.N.I. 09.623.212N,
-SECRETARIO: D. David Gustavo López García, con D.N.I. 09.658.806 W,
– TESORERO: D. Manuel Benjamín Baños Tejerina, con D.N.I. 09.768.007E.
-VOCAL PRIMERO: D. Constantino Rozas González, con D.N.I. 09.625.264V,
-VOCAL SEGUNDO: Dña. Marina Sánchez Alonso, con D.N.I.9758375.
– VOCAL TERCERO: D. Fernando Luis González Rabanal, con D.N.I.9702151S,
CONFERENCIA Y PRESENTACIÓN DEL ÚLTIMO LIBRO DE D. CARLOS JAVIER TARANILLA DE LA VARGA
Carlos Taranilla (izda) y Marcelini Fernández (dcha.)
Organizado por la Asociación de Amigos del Patrimonio Cultural de León PROMONUMENTA, el martes 11 de abril, D. Carlos Javier Taranilla de la Varga presentó su último libro, titulado “Iconografía del Románico» (historia, escultura, arte sacro,, simbología, pintura, arte profano). El acto tuvo lugar en el salón de actos del Instituto Leonés de Cultura, que se hallaba completamente abarrotado de público.
Previamente, el responsable de actividades culturales del Instituto Leonés de Cultura dio la bienvenida a los presentadores y al público asistente.
Marcelino Fdez, presidente de Promonumenta, hace la presentaciónCarlos Taranilla durante su intervención
D. Marcelino Fernández Ibáñez, presidente de Promonumenta, hizo una elogiosa presentación de D. Carlos Taranilla, a quien agradeció su permanente disposición para colaborar con Promonumenta en cualquier circunstancia.
D. Carlos Taranilla, nacido en León, es licenciado en Geografía e Historia, en la especialidad de Historia del Arte, por la Universidad de Oviedo, reconocido en el mundo académico como experto y gran divulgador de la historia y el arte. Durante treinta y cinco años ha sido profesor de esta disciplina y actualmente se halla jubilado. Ha publicado más de una veintena de libros sobre arte e historia que se caracterizan por un tono directo e inteligente, combinado con gran precisión, lo que hace que sus obras sean magníficas guías de fácil lectura. Entre sus títulos se halla Historia del Arte, publicada en doce volúmenes. Otras obras de éxito reconocido son Breve historia de las reliquias leonesas y sus relicarios, El Louvre, guía de arte, Criptografía, los lenguajes secretos a lo largo de la historia, Museo del Prado, etc.
Carlos Taranilla firmando ejemplares de su libro.
En su exposición, D. Carlos Taranilla presentó como primicia una completísima clasificación de los temas y motivos que tienen representación iconogr´áfica en el Arte Románico, mostrando ilustraciones significativas de una selección. Una base importante de los ejemplos mostrados la tuvo la basílica de San Isidoro de León, especialmente en sus capiteles y en las pinturas románicas del Panteón de Reyes.
Al término de la conferencia-presentaci´´on, el Sr. Taranilla fue largamente aplaudido y hubo de dedicar algún tiempo a la firma de ejemplares de ésta su última obra.
Es uno de los mejores
relojes del mundo. Pero está parado. «Es un Ferrari», afirma Antonio Labrador,
un auténtico ‘maestro del tiempo’. «El reloj de la Catedral de León no tiene
nada que envidiar al Big Ben de Londres», dice. Labrador, berciano afincado en
Barcelona, y otros nueve miembros de la Asociación Nacional de Restauradores y
Reparadores de Relojería Gruesa de España (Anreg) visitaron este jueves la
maquinaria de este cronómetro construido en 1788 por Ramón Durán.
«Ramón Durán fue uno
de los mejores relojeros que ha habido en Europa en toda la Historia»,
explican. «El que hizo para León está en perfectas condiciones», coincidieron
los expertos, que participan en el Congreso Nacional de Relojes, Campanas y
Arte Sonoro, organizado por el Museo Casa Botines Gaudí y la Universidad. Tras
revisar cada engranaje durante una hora, los especialistas aseguraron que la
reparación es sencilla y el mantenimiento muy fácil. Falta que el Cabildo se
pronuncie. Ellos están dispuestos a ponerlo nuevamente en funcionamiento, por
«cuatro duros».
El reloj de Durán
lleva parado desde 1995, a pesar de que tres años antes fue
restaurado por la prestigiosa escuela de relojería suiza Wostep, en
Neuchâtel, bajo la tutela y financiación de la reconocida marca Rolex. En 1962,
al jubilarse el responsable de dar cuerda al reloj de la Catedral, el tiempo se
detuvo. Así permaneció durante treinta años. Fue durante las magnas obras de
rehabilitación en la Catedral en 1992 cuando el Cabildo pensó en ponerlo
nuevamente en funcionamiento. La Escuela Taller de León se encargó de restaurar
la esfera —de una única aguja y que muy pocos saben leer—.
Según los miembros de
Anreg, se arregló «la esfera que no era, mucho más pequeña». Al colocarla en la
Torre Sur, fue preciso situarla diez metros por debajo de su ubicación
original, porque, al ser de menor tamaño, no sería prácticamente legible.
«Rolex, para evitar que alguien tuviera que darle cuerda cada dos días, hizo un
remonte eléctrico de las pesas, el único que ha hecho en el mundo, y lo
patentó».
Sin embargo, el ‘Big
Ben’ de León, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), volvió a detenerse tres
años después. «Se paró porque exige un pequeño mantenimiento. Seguramente, no
lo entendían y no supieron ponerlo en funcionamiento», explica Labrador. El
diagnóstico de los miembros de Anreg es alentador. «La maquinaria solo sufre la
oxidación de llevar parado casi tres décadas». Pero tiene solución. «Hay que
desmontarlo, limpiarlo, engrasarlo, pulirlo y volver a conectarlo a las
campanas».
Actualmente, el reloj
que funciona es «a pilas». Una pequeña maquinaria eléctrica, que obligó a
perforar los gruesos muros de la torre, mueve la manecilla del llamado reloj
Rolex, aunque ni la esfera ni la maquinaria fueron fabricados por la firma
suiza, que solo intervino en la reparación del 92.
El tiempo de la
Pulchra
La Catedral de León no
ha tenido suerte con sus relojes. El historiador del arte de la Universidad de
León Jorge Martínez Montero, coordinador del Congreso Nacional de
Relojes, Campanas y Arte Sonoro, publicó una amplia investigación sobre los
relojes y relojeros catedralicios del norte de la Península.
La Catedral de
León tenía un reloj «muy problemático» que se estropeaba con facilidad. Había
sido construido en 1523 por el fraile Francisco y tenía dos autómatas, un león
y un soldado. En 1773 se sustituye por otro realizado por el zamorano Francisco
Francos, que duró únicamente quince años y acabó en la iglesia de Santa María
de Benavente.
En 1783, nuevamente el
Cabildo se plantea la misión de renovar el reloj.
Una joya parada
La maquinaria del reloj de la Catedral se paró en 1962, volvió a funcionar en
1992 y lleva parado desde el 95
Piden entonces
presupuesto a una casa de Londres, «con la condición de que venga persona
inteligente a ponerlo», según consta en la documentación estudiada por Martínez
Montero. El elegido es el relojero londinense Diego Evans, uno de los más
afamados de la época, en el convencimiento de que «vendría por poco un oficial
con él a ponerlo mejor que los zarramplines de aquí», dice textualmente el
documento catedralicio, donde se comprueba la poca estima en que tenían
entonces a los relojeros locales.
Un año más tarde, el
Cabildo descarta a Evans por ser demasiado caro. El relojero Ramón Durán, que
residía junto al Palacio Real de Madrid y ya era muy conocido en aquel momento
porque de su fábrica salieron relojes para los mejores conventos de la capital,
iba a instalar en 1787 uno en la Catedral de Oviedo. El Cabildo leonés se
entera de que Durán viaja con otro reloj. «Eran mecánicos, de péndulo y se
podían montar y desmontar fácilmente; además, cualquier pieza se podía
sustituir», explica el profesor leonés. Durán cobró a la catedral ovetense
45.000 reales; y a la de León, 5.000 reales más. Años después la esfera
original fue sustituida.
Mala suerte
Antes del reloj Durán la Catedral tuvo dos relojes, uno en 1523 con autómatas y
otro en 1773
El reloj de Durán fue
declarado BIC en 1992. El 30 de diciembre de aquel año los técnicos Pierre
Curchod, Jacques Mihilewicz y Jacques de Vialet montaban y ponían nuevamente en
funcionamiento la ‘joya Durán’. La restauración supuso más de 2.500 horas de
trabajo, cien planos de ordenador y el dibujo de todos los engranajes. El coste
se elevó a ocho millones de pesetas, que sufragó Rolex. Ayer, los expertos
relojeros se pasaban unos a otros las viejas piezas del reloj Durán que la
firma suiza cambió. «Están perfectas», dijeron. «Nosotros no las habríamos
cambiado. La única explicación es que las cambiaran para que aprendieran los
alumnos».
El reloj de la
Catedral de León solo tiene una aguja. El brazo que termina con un sol y una
mano, marca las horas y también los minutos —contando las rayas que hay entre
número y número—.. Un reloj que algunos creen parado. En 2021 UPL se puso en
contacto con la casa Rolex por este motivo. La marca suiza respondió que estaba
buscando maestros relojeros que pudieran arreglarlo. El Cabildo, al que nadie
consultó, aseguró que el reloj funcionaba perfectamente, pero que «hay que
saber leerlo».