DIARIO DE LEÓN 9-6-2024

CULTURA

Las zarzas se apoderan de Lancia

Medio año en barbecho. La aparición de restos romanos en las parcelas donde se iba a construir el museo de Lancia ha dejado empantanado el yacimiento, devorado ahora por la maleza.

Las zaras están ganando terreno en el yacimiento astur-romano de Lancia. RAMIRO

Verónica Viñas

León

09.06.2024 | 03:30

Actualizado: 09.06.2024 | 03:30

Parece una selva. Las zarzas invisibilizan los vestigios de Lancia. Tras años de abandono, la Diputación convocó un concurso público, eligió el proyecto del estudio madrileño Gon Architects y destino 3,1 millones de euros a la construcción de tres edificios colocados estratégicamente para divisar el gigantesco yacimiento astur-romano.

Parecía que Lancia, al fin, iba a poder mostrar por qué fue el último bastión de resistencia de los astures contra el Imperio Romano. En marzo del año pasado el entonces presidente de la Diputación, Eduardo Morán, que hizo de Lancia el epicentro de su mandato en la Corporación Provincial, enterraba una cápsula del tiempo en el yacimiento, «una tradición que ya se hacía antes de los romanos para mantener la historia de la Humanidad», dijo entonces Pablo López Presa, diputado de Cultura. Dentro de la urna se depositó un ejemplar de Diario de León y de otros periódicos del día, una memoria USB con los diarios digitales, fragmentos de la canalización de plomo que se encontró del acueducto de Lancia, un taza, los planos del proyecto, dos publicaciones del ILC sobre Lancia y un broche conmemorativo hecho hace 25 años por la Diputación.

Un subsuelo con sorpresas

Inmediatamente, la empresa Coysa comenzó los movimientos de tierra, con autorización de Patrimonio. Para Santiago Sánchez, gerente de la constructora, realizar las primeras edificaciones en Lancia en 2.000 años no era solo un negocio, sino una cuestión sentimental. Su padre participó en las primeras excavaciones importantes que se llevaron a cabo en el yacimiento, dirigidas por Francisco Jordá entre 1957 y 1960.

Pese a las excavaciones previas —hasta tres llegó a exigir

Patrimonio—, en seguida comenzaron a aparecer restos y las obras tuvieron que ser paralizadas. Al final, la Junta exigió reformar el proyecto y cambiar la ubicación de las tres edificaciones, pensadas para exhibir piezas, explicar el yacimiento e investigar cada nuevo hallazgo.

Las excavaciones retrasaron en ocho meses la redacción del proyecto de ejecución. Pese a todo, el Centro de Interpretación de Lancia estaba previsto que estuviera terminado a finales de este año.

Retrasos y sobrecostes

Los plazos no se cumplirán. El yacimiento lleva paralizado desde hace seis meses. Emilio Martínez Morán, diputado de Cultura, estima que los trabajos podrán reanudarse en agosto, porque «estamos todos trabajando intensamente, tanto el estudio de arquitectos como los técnicos del Instituto Leonés de Cultura», asegura.

Previsiblemente, los aplazamientos y modificados del proyecto encarecerán las obras. A pesar de que el yacimiento fue barrido con un georradar, no es seguro al cien por cien que en las nuevas ubicaciones donde se levantarán los tres edificios no aparezcan vestigios que vuelvan a dar al traste con el proyecto.

La Diputación compró hace dos años diez hectáreas a propietarios particulares, en cuyos terrenos ha sacado a la luz el foro romano. También adecentó los restos que ya eran visibles en el yacimiento de Villasabariego. Todo con la finalidad de dignificar un enclave que durante décadas ha sufrido persistentes expolios. Asimismo, una columna de 800 kilos desenterrada en Lancia y que llevaba 35 años ‘tirada’ en el patio del ILC, volvía al lugar exacto del que fue extraída.

Lancia recibe al año miles de visitantes. Desde el comienzo de las excavaciones, el ILC puso en marcha el programa ‘Abierto por obras’, para aquellos curiosos y amantes de las construcciones que quieran comprobar ‘in situ’ el avance de los trabajos. Uno de los puntos fuertes del diseño de Gon Architects es que recuperarán el paisaje, árboles y cultivos que tenía Lancia hace 2.000 años.

Malas hierbas están comenzando a tapar los restos romanos.  RAMIRO