DIARIO DE LEÓN 28-12-2024
PATRIMONIO LEONÉS EN PELIGRO
El molino de Seisón entra en la ‘lista de la vergüenza’
Abren una cuestación para restaurarlo y convertirlo en museo etnográfico
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Interior del molino de Seisón de la Vega, que conserva la mayor parte de la maquinaria original. HISPANIA NOSTRA
Verónica Viñas
León
Es el quinto edificio que ingresa este año en la Lista Roja. Con el molino de Seisón de la Vega son ya 58 los monumentos y enclaves leoneses en la «lista de la vergüenza», que pone el foco en el Patrimonio en ruinas y en riesgo de desaparecer. Según Hispania Nostra, entidad sin ánimo de lucro que elabora la citada lista, el molino «está en un estado de conservación lamentable». Las patologías que sufre son consecuencia de las termitas y de una nefasta rehabilitación del muro acometida en los años ochenta. Fruto de esa intervención «se ha producido el desplazamiento de la cubierta, con riesgo de derrumbe y hundimiento del suelo». Está catalogado como «elemento de interés etnológico», según el Catálogo de Elementos Protegidos del Municipio de San Cristóbal de la Polantera.
La historia del molino de Seisón de la Vega se remonta al año 1821. Fue fundado por Bonifacio Rodríguez, padre del concejal de León del mismo nombre que donó el primer camión de bomberos a la ciudad. Los terrenos fueron adquiridos, probablemente en la desamortización de Godoy (1798), para la construcción del primer molino de agua en el cauce de la Presa de la Vega de Abajo, que comienza a medio kilómetro del molino y desemboca en el Órbigo. Aanteriormente, la zona era propiedad de la Orden Militar de San Juan de Jerusalén, también llamada de Malta. El molino, además de desempeñar las tareas propias de molienda (básicamente cebada y avena), fue fábrica de luz. Todavía se conservan la torreta de la luz y varios postes.
Propietarios de ida y vuelta
En los años veinte del siglo pasado el molino fue vendido por la familia Rodríguez a Miguel Miguélez, quien finalmente lo quemó porque, según sus biznietas «sus hijos eran unos holgazanes y no querían trabajar y así les castigó sin trabajo ni dinero para que lo valoraran», tal y como explica la web de Hispania Nostra. El molino fue reedificado al poco tiempo, así que tanto la construcción actual como las máquinas que conserva, se remontan al primer tercio del siglo pasado. Tras la muerte de Miguélez, la propiedad fue dividida en tres partes, dando lugar a la actual disposición de tres viviendas unifamiliares. En 1979, la vivienda con el molino fueron adquiridos por Angelines Rodríguez Rodríguez —que nació en el molino de su abuelo— y José Constantino González Corbato. Las actuales propietarias son las cuatro nietas de Angelines Rodríguez Rodríguez, maestra y directora del colegio de Villoría de Órbigo, y anteriormente del Colegio de San Cristóbal de la Polantera, y José Constantino González, contable en la azucarera de Veguellina de Órbigo. El molino conserva gran parte de la maquinaria de molienda original.
Restauración por colecta
El colectivo Molino Maestrices pretende rehabilitar el edificio de Seisón de la Vega mediante un crowdfunding. «Queremos convertir la nave del antiguo molino harinero en un museo etnográfico abierto al público, donde mostrar el patrimonio industrial de principios de siglo XX, y en una sala polivalente: ateneo, cine, teatro, sala de fiestas, de reuniones… y aula de estudio y prácticas de la Escuela rural de capacitación laboral Molino Maestrices», explican en su web. Premiarán a los «mecenas» según sus aportaciones. Por 20 euros asociarán el nombre del mecenas a un árbol de su Bosque comestible. Grabarán en una viga el nombre del que aporte 150 euros; y, por 500 euros, se puede apadrinar la restauración de una máquina histórica.
Este año la campaña de micromecenazgo emprendida para salvar la ermita de Bercianos del Páramo salió redonda. Ofrecieron grabar con láser los nombres de los mecenas que aportan dinero y lograron reunir los 18.000 euros que costaba una nueva cubierta para salvar este edificio del siglo XVII. Ahora, el molino de Seisón podría correr la misma suerte.
Apenas queda un puñado de molinos en León, la provincia que concentró el mayor número de toda España. Según algunos autores, llegó a haber más de 2.500 molinos en la época dorada —el 12 por ciento de los contabilizados en todo el país—. El molino de Seisón de la Vega es el segundo de la provincia leonesa que ingresa en la Lista Roja, donde lleva desde hace una década el de Villamartín de Don Sancho, del siglo XVIII, donde pasó largas temporadas la escritora, visitadora de cárceles, precursora del feminismo y antiesclavista Concepción Arenal. Conocida por frases como «Odia el delito y compadece al delincuente», actualmente el retiro leonés de esta pionera del Derecho es un montón de escombros.