PROMONUMENTA RECORRE EL “CAMINO OLVIDADO A SANTIAGO”. UNA ETAPA DE ENCANTOS Y DE ABANDONOS
Texto y fotos: David Gustavo López
En esta ocasión, Promonumenta no ha realizado ninguna de sus tradicionales hacenderas para contribuir a recuperar algún monumento; este sábado la pretensión ha sido dar otro impulso a la promoción del llamado Camino Olvidado o Viejo Camino a Santiago, que atraviesa toda la zona Subcantábrica para terminar enlazando con el Camino Francés en Cacabelos.
Se trataba de recorrer la sexta etapa de este Camino, retomando la marcha en la localidad omañesa de Aguasmestas, donde se dejó la vez pasada, para ascender por el Valle Gordo, con una parada y visita a la monumental iglesia de Barrio de la Puente y a su ruinosa ermita del Nazareno, fundación de Juan Rubio en el siglo XVIII, en cuya fachada lucen los cinco corazones del escudo de esta destacada familia en el mundo de la música y de la literatura de León. Una llamada de atención, porque el edificio, de bella construcción y que alber
ga objetos de valía artística y etnográfica, está requiriendo una actuación urgente.
Desde el precioso pueblo de Fasgar, donde el Valle Gordo comienza, el camino solo puede hacerse a pie. Son trece kilómetros que primero discurren al pie del abedular de Fasgar, el más importante de la provincia, para ascender hasta los 1642 metros del Collado de Campo, desde donde impresiona la vista sobre el Campo de Santiago y las montañas de alturas superiores a los 2100 metros que conforman el circo glaciar donde nace el río Boeza. La ermita de Santiago -célebre lugar de reunión en la película “El Filandón”- muestra una adecuada restauración. El resto del camino discurre por siete kilómetros junto al encajonado Boeza, por un camino en gran parte cubierto de piedras que lo hacen muy dificultoso.
Un monolito señala la entrada en El Bierzo. El Ayuntamiento de Igüeña, al que pertenece este territorio, se ha ocupado de arreglar el camino en la medida de lo posible y de construir nuevos puentes de madera para sustituir a otros antiguos al borde del colapso. Bosques de acebos centenarios, otra maravilla natural, infrecuente con tal densidad en esta provincia, están pidiendo una labor silvícola que aleje peligros de incendio que se sospechan probables.
Colinas del Campo de Martín Moro Toledano, el pueblo con el nombre más largo de España, da la filiación completa del caudillo sarraceno que se aventuró por estos parajes, sufriendo la derrota que le infringieron los mozos de la zona comandados por Santiago. Su declaración Como Conjunto Histórico Artístico en 1994 está muy merecido, pero Promonumenta teme, a la vista de los hechos, que las arbitrarias construcciones que, aun pretendiendo ajustarse a la arquitectura de la zona, se alejan claramente de ella –con permiso de la Comisión de Patrimonio- darán al traste con este valor etnográfico en no muchos años.
En Igüeña, los “peregrinos” de Promonumenta fueron recibidos por el teniente alcalde José Luis Arias, en representación del alcalde Antonio Alider, que preside actualmente la Asociación Provincial de Municipios del Camino Olvidado, en cuya promoción tiene depositada la esperanza de que contribuya al desarrollo de los pueblos que atraviesa, y empeño sí está poniendo.
Como estaba previsto, hubo un grupo de peregrinos que no pudieron realizar el camino a pie. Para ellos estaba previsto un itinerario alternativo en autobús. A cambio, con el apoyo del Instituto de Estudios Omañeses (IEO) pudieron visitar el santuario de la Virgen de la Grarandilla, en Valdesamario, conocido como «la Catedral de Omaña». Les pareció una maravilla.