GRAN AFLUENCIA AL RECORRIDO POR LOS PALACIOS DE LEÓN, ORGANIZADO POR PROMONUMENTA Y GUIADO POR JUAN CARLOS PONGA

GRAN AFLUENCIA AL RECORRIDO POR LOS PALACIOS DE LEÓN, ORGANIZADO POR PROMONUMENTA Y GUIADO POR JUAN CARLOS PONGA

De la mano de Juan Carlos Ponga, Socio de Honor de Promonumenta y gran experto en la historia y arte de la Ciudad Antigua de León, más de cien personas -un número creemos que nunca alcanzado en actos de este tipo-, entre socios y no socios de Promonumenta, recorrieron los palacios de la ciudad de León, muchos existentes todavía y otros ya desaparecidos, por lo que la visita se limitó al lugar donde estos se hallaban.

El recorrido incluyó los lugares del cuadro adjunto, elaborado por el diario La Nueva Crónica.

Foto Manuel B. Baños Tejerina



Foto Manuel B. Baños Tejerina

Foto Manuel B. Baños Tejerina

Según Juan Carlos Ponga, en una entrevista realizada por La Nueva Crónica, una gran parte de las casas palacio de la nobleza leonesa se perdió después de ser transformadas en casas de vecinos. Esto le sucedió a las casonas del marqués de Ferreras y del marqués de San Isidro de la plaza de San Isidoro o al palacio de los marqueses de Montevirgen de la plaza de las Torres de Omaña.


Otros se han ido deteriorando y se mantienen en pie después de pasar por su conversión en casa de vecinos como la casa del conde de Rebolledo en la plaza del Grano del palacio del cardenal Lorenzana, ubicado en la plaza de las Torres de Omaña.
«Algunos se mantienen en parte en pie con reformas inaceptables, como el palacio de los Quiñones de Luna de la calle de Fernández Cadórniga que, en contra de la legislación, se va reformando por partes y se le ha consentido colocar ventanas velux en la cubierta».


Foto Manuel B. Baños Tejerina

Ponga se lamenta del abandono y desidia municipal con las portadas existentes en la calle de San Pelayo y Serranos, respectivamente. «El desprecio por el patrimonio -según el especialista en la Ciudad Antigua-, desde el siglo XIX llega al palacio de Villasinda de la calle Ancha destrozado con la aquiescencia municipal del momento, el derribo de la casa de los Cilleros y la desaparición de su patio renacentista o lo sucedido con la casa de los Obregón y el palacio mal llamado de don Gutierre«. «merece una mención especial -añade- el palacio de Enrique II, despreciado por todos desde el siglo XVI hasta su demolición total a mediados del siglo XX. Es decir, hace cuatro días.


Foto Manuel B. Baños Tejerina
Foto Marcelino Fernández



Facebooktwitterpinterestlinkedinmail

Deja un comentario