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LOS CORTINES (COLMENARES) DE FONFRÍA DECLARADOS BIC

LOS CORTINES (COLMENARES) DE FONFRÍA DECLARADOS BIC

LA NUEVA CRÓNICA 8-9-2023

Declarados BIC los colmenares del Sardonal de Fonfría

Se trata de un grupo de 16 colmenares que conforman un singular ejemplo de arquitectura popular ligada a la explotación apícola

Javier Fernández

07/09/2023

 Actualizado a 07/09/2023

Los colmenares del Sardonal de Fonfría, declarados BIC.

El Consejo de Gobierno ha aprobado en la mañana de este jueves la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC), con categoría de Conjunto Etnológico, el conjunto de 16 colmenales defensivos de recinto tapiado tipo cortín, conocidos como los ‘Colmenares del Sardonal’ en Fonfría, pedanía del municipio berciano de Torre del Bierzo. La excepcionalidad de este conjunto constituye un singular documento histórico representativo de la cultura y la identidad popular de una comunidad y de su relación con el entorno y modo de vida tradicional, que se remonta, al menos, al siglo XVII.

Asimismo, y atendiendo a la ubicación del conjunto de colmenares, en una zona recóndita de los montes de León, su integración en el medio y su peculiar disposición y ordenación, se considera que la delimitación efectuada establece un instrumento idóneo de preservación de la valiosa relación existente entre el conjunto de colmenales y el medio físico en que se enclavan.

La excepcionalidad del conjunto, simbólico de un aspecto esencial de la economía de una comunidad rural y de unas formas de vida que se remontan, al menos, al siglo XVII, viene determinado por su ubicación en una zona recóndita de los montes de León, su integración en el medio y su peculiar disposición y ordenación.

Se trata de un grupo de 16 colmenales que conforman un singular ejemplo de arquitectura popular ligada a la explotación apícola. La apicultura suponía una actividad y una fuente de ingresos complementaria con la que se obtenía una variedad de productos imprescindibles en la vida cotidiana. De su importancia en el territorio dan testimonio los numerosos cortines, colmenales de piedra seca que aún hoy se conservan en el paisaje de buena parte de las zonas montañosas del noroeste peninsular.

Los colmenares defensivos de recinto tapiado tipo cortín, como los conservados en Fonfría, son construcciones tradicionales básicas, caracterizadas por elevados muros elaborados con piedra en seco, puertas de reducido tamaño y voladizo prominente, cuyo diseño responde a una necesidad defensiva, que tiene como principal objetivo evitar la entrada de los osos, además de la protección de las colmenas contra el viento o la entrada de personas y el robo.

Su construcción es un alarde de adaptación al medio y a la orografía del lugar, que se traduce en una gran variedad de plantas irregulares, las más antiguas de forma ovalada, pero también rectangulares, cuadrangulares, poligonales o polibuladas, La construcción de los colmenales de Fonfría respeta la presencia de sardones, aprovechando de esta forma las ventajas que estos aportan como posadero recurrente y seguro para las abejas. Destaca por su singularidad la ubicación y disposición de los colmenales de Fonfría, en cuanto que se configuran como un grupo numeroso muy próximos unos de otros, en contra de la norma general.

La construcción de los colmenares

Los colmenares tienen una estructura de muros en piedra seca. En su construcción se utilizan lajas de pizarra que cubren ampliamente y de forma volada las paredes. Estos cerramientos suelen tener grandes dimensiones, superando el metro de ancho y alcanzando o llegando a superar los tres metros de alto. Los paramentos están realizados con losas de pizarra trabadas en seco y calzadas con pequeños fragmentos del mismo material. 

El interior presenta un espacio diáfano y a cielo abierto aunque, con frecuencia, suelen disponer en la zona contigua a la entrada de un pequeño galpón cubierto que se utilizaba como almacén. Su interior se escalona para colocar las colmenas en ellos con espacio para que no se proyecte su sombra sobre las colindantes. Mientras que en algunos casos se observa una construcción esmerada, en otros se utiliza cualquier opción práctica que ofrezca el terreno, como es el apoyo de un bloque de piedra para cierre en algún colmenar.

Las colmenas más primitivas, llamadas truébanos, están hechas con troncos huecos de árbol o cepos, son cilíndricas o de cuatro tablas, formando un paralepípedo. Todavía se conservan en buen estado unas cuarenta colmenas de este tipo. Se disponen en línea sobre los escalones del interior del recinto, colocándose por encima de ellas un corcho y una laja de pizarra, lo que permite mantener las condiciones óptimas de temperatura y humedad. En su interior se encajan a distintas alturas dos palos cruzados para que en ellos se formen los panales, llamados crucetas o juicios.

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