LA NUEVA CRÓNICA 8-12-2022
Denuncian el daño de un proyecto hidroeléctrico en el río Cabrera
MEDIO AMBIENTE Los grupos ecologistas piden la declaración de Parque Natural incluido en la Red Natura 2000 para esta zona, con el fin de preservarla de «tropelías ambientales»
La Asociación Cabrera Despierta , AEMS Ríos con vida , y Cabrera Natural denuncian el atentado medioambiental que significa el nuevo proyecto de macrocentral hidráulica «Odollo» en el Río Cabrera. Apuntan que recientemente se ha conocido el proyecto de construcción de un embalse y una central hidroeléctrica en el curso medio del río Cabrera. “Consideramos este proyecto un auténtico atropello ambiental, social, cultural y económico”, advierten.
La iniciativa de construir un embalse y una central hidroeléctrica corre a
cargo de la empresa Capital
Energy, a través de su filial Green Capital Power. Esta empresa también
es la promotora de varios proyectos eólicos en la comarca de Cabrera “parece
empeñada, con el beneplácito de determinados ediles, en convertir la comarca en
un polígono industrial del que extraer energía a cualquier coste y con falsas
promesas de puestos de trabajo, pero en realidad dejando a su paso despoblación
y destrucción del patrimonio natural, arqueológico y cultural”, dicen.
Apuntan los colectivos ecologistas que este nuevo proyecto “es una amenaza más
para el río Cabrera y la comarca, pues ya están en riesgo por la
presencia de otras presiones”. Destacan el descontrol de los vertidos de las
canteras de pizarra y la proyectada implantación de varios parques eólicos
cuyos molinos de 200 metros, pistas de acceso y tendidos eléctricos “afectarán
gravemente al río y a sus afluentes en laderas y cabeceras”.
Por otro lado, consideran que la comarca de Cabrera, históricamente olvidada y
maltratada por las administraciones, “debe reclamar, con sus alcaldes y ediles
a la cabeza, una gestión que potencie el desarrollo sostenible preservando
paralelamente el río Cabrera, clave en la cultura de la comarca y joya de
altísimo valor medioambiental en el contexto español y europeo”.
Consideran que las administraciones y la sociedad en general “deberíamos hacer
todo esfuerzo posible en su conservación para todos y para las futuras
generaciones. La declaración de Parque Natural incluido en la Red Natura
2000 sería una solución óptima pues frenaría las tropelías ambientales
y potenciaría el desarrollo socioeconómico como ya está sucediendo otras
regiones de la geografía española”.
A lo largo de la historia el río Cabrera ha configurado un angosto valle
que vertebra y otorga identidad a la comarca de Cabrera Baja, desde su
nacimiento en los manantiales de La Baña, hasta su desembocadura en el Sil
en las cercanías del Puente de Domingo Flórez, con un trazado
de más de
60 km y 1600 metros de desnivel.
“El curso principal del río Cabrera y su red de afluentes que riegan las
laderas de la comarca son una de las últimas joyas fluviales que quedan en
nuestro país, pues es un río de gran caudal que discurre libremente sin
obstáculos, sin infraestructuras hidráulicas que impidan su conectividad
longitudinal a lo largo de prácticamente todo su recorrido”, apuntan. Además, el flujo libre
de aguas permite procesos ecológicos -con repercusiones económicas- como el transporte de
sedimentos fértiles aguas abajo y el remonte de sus truchas aguas arriba en
época reproductiva. Así mismo, aparece un amplio mosaico de especies vegetales
y bosques mediterráneos y atlánticos, que “constituyen un reservorio clave para
la biodiversidad y más aún en el actual escenario de calentamiento global”.
El río
Cabrera y el valle en su conjunto acogen un nutrido repertorio de
hábitats y especies que “deben ser preservados pues están recogidos en
los anexos
I y II de la Directiva Europea Hábitats”, explican. Entre los más relevantes
destaca el de las alisedas, declaradas de conservación prioritaria en el
contexto europeo. Además, cuenta con especies de obligada protección como el
singular desmán de los pirineos o el endémico lagarto verdinegro. Más de 1200
especies de plantas vasculares tiene el río, numerosas especies de murciélagos,
cerca de una cuarta parte de la avifauna ibérica incluyendo una veintena de
rapaces, poblaciones de lobo y nutria, así como la vanguardia de la expansión del
oso pardo por el tercio occidental ibérico…
Y mención especial merecen las poblaciones de trucha común autóctona. “Hasta la
fecha no se tiene constancia de que esta especie haya sufrido ninguna
repoblación por parte de la administración, por lo que la pureza genética de
las truchas del río Cabrera es total. Este es un hecho extraordinario, ya que
la inmensa mayoría de los ríos europeos han sufrido abundantes
repoblaciones con variedades alóctonas resultando en una importante
pérdida en su calidad genética”, advierten.
Todo ello hace que la construcción de un embalse y una central hidroeléctrica
en el curso medio del río Cabrera pueda “arruinar la columna vertebral del río
y su valle, modificando el caudal, el perfil topográfico y la circulación de
sedimentos”. Advierten que la inclusión de esa infraestructura anegaría el
angosto valle y buena parte de sus afluentes.
“Se
perderán la conectividad ecológica del río, el microclima del valle y el papel
de refugio de biodiversidad. Se perderán hábitats y especies de
conservación prioritaria”, apuntan. Así mismo, con la inundación del valle, el
embalse quedará emplazado a pocos metros de la red de Canales Romanos que vierten
a Las
Médulas. “Todo ello impactará negativamente en el potencial turismo y en proyectos
de desarrollo rural sostenible. Y más grave, la comarca perderá su identidad
cultural”.