El sábado 20 de abril de 2024, más de veinte voluntarios de Promonumenta acudieron nuevamente al pueblo deshabitado de Santibáñez de Montes, perteneciente al municipio de Torre del Bierzo, para continuar el trabajo iniciado en una hacendera anterior (Ver archivo de esta web en las siguientes fechas: 30/5/2022, 29/5/2022, 3/6/2022, 24//2023 y 5/4/2024), centrándose en esta ocasión en la iglesia de San Juan Evangelista y en los ocho molinos de agua que eran característicos de este lugar.
Para realizar los trabajos indicados hubo incluso que construir un puentecillo de madera para cruzar el arroyo Valdevieco y acceder a los molinos.
Al concluir la hacendera, se había limpiado la iglesia y cinco molinos, todos ellos muy deteriorados e, incluso, algunos en un estado de ruina. Quedó alguno al que no se pudo acceder en esta ocasión y que será motivo de una próxima hacendera.
En los trabajos colaboró el Ayuntamiento de Torre del Bierzo y participó el concejal de Medio Ambiente, Fernando Sánchez, junto con algunos vecinos de Montealegre.
Cono motivo de la polémica suscitada por la adecuación para carril bici todo terreno (BTT) del canal romano CN-2, que llevaba agua del Valle del Silencio has ta Las Médulas, PROMONUMENTA HA TOMADO POSICIÓN DESDE EL PRIMER MOMENTO, OPONIÉNDOSE A LO QUE CONSIDERA UN DESATINO, confundiendo totalmente el objeto de unos canales cuyos últimos kilómetros (zona de llegada a la explotación aurífera de Las Médulas) han sido declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO, hallándose el resto en tramitación como Bien de Interés Cultural (BIC), previo a que también puedan ser declarados Patrimonio Mundial.
Este llamado «desatino» desvirtuará el objeto para el que, hace dos mil años, fueron construidos los canales de Las Médulas, que no era otro que captar el agua de manantiales y neveros en las alturas de los Montes Aquilanos para conducirla hasta la explotación aurífera, declarada Patrimonio Mundial, donde sería elemento imprescindible para la demolición de las arrugias y su posterior lavado para extraer el oro diseminado entre la masa de tierra y cantos rodados.
Todos los arqueólogos consultados por PROMONUMENTA, incluido Javier Sánchez Palencia, del CSIC, considerado como máximo exponente en la investigación de Las Médulas durante los últimos cuarenta años, han manifestado su categórico rechazo a una obra extraña a la finalidad de la red hidráulica mas importante de la antigüedad y que, además, ha de suponer una pérdida de información arqueológica, tan necesaria para la obtención de datos que permitan el estudio técnico e histórico de una obra inigualable y todavía llena de interrogantes.
Tal actuación supondrá una alteración de muchos parámetros e, incluso, de la apreciación sensible de la historia del monumento, cosa que no ocurriría si en el canal se permitieran solamente marchas pedestres, que solo requieren un desbroce de la vegetación que impide el paso, lo cual ya es posible en una gran parte del recorrido tras las múltiples hacenderas efectuadas por PROMONUMENTA.
PROMONUMENTA hizo llegar su oposición escrita a las consejerías de Medio Ambiente y de Cultura y Patrimonio de la Junta de Castilla y León (ver este escrito en el archivo de esta misma web, correspondiente al 28 de marzo de 2024), recibiendo ahora contestación de la Dirección General de Patrimonio. En dicha contestación, que aquí se adjunta, la Junta se mantiene en su postura, no efectuando ningún razonamiento convincente y limitándose a llenar papel con la confirmación de que se efectuarán controles arqueológicos (según noticias de Promonumenta, el control no será permanente sino puntual a criterio del arqueólogo contratado) y con la descripción de aspectos constructivos de un tramo de canal de 24 m. que se inventará por los técnicos del proyecto y que, además, ha de suponer un parche imperdonable y un reclamo equívoco para turistas en las inmediaciones de la cueva de San Genadio, en el corazón del VALLE DEL SILENCIO.
La presentación versó sobre las excavaciones arqueológicas desarrolladas en el Castro de los Judíos (Puente Castro, León). Dicha aljama constituye uno de los yacimientos medievales más importantes del norte peninsular para el conocimiento de la minoría hebrea. Dada su innegable relevancia y el interés científico que suscita, en el año 2020 se suscribió un convenio de colaboración entre el Ayuntamiento de León y la Universidad de León para retomar unos trabajos arqueológicos que llevaban varios años paralizados. Así, las intervenciones que se vienen realizando anualmente desde 2021 son dirigidas por los profesores del Departamento de Historia de la ULE Raquel Martínez Peñín, Carlos Fernández Rodríguez, Mª Natividad Fuertes Prieto y Eduardo Ramil Rego y se enmarcan dentro del proyecto titulado «La minoría judía medieval en el ámbito urbano del Reino de León: análisis arqueológico y documental», que financia la Universidad de León y apoya la Concejalía de Acción y Promoción Cultural y Servicio de Turismo y Fiestas del Ayuntamiento de León.
Fue muy interesante conocer que el castro estuvo habitado desde el siglo X hasta finales del XII (coincidiendo este final con la incursión de las tropas del rey Alfonso VIII de Castilla). Después, el poblado no volvió a ser habitado y los hallazgos arqueológicos muestran la pureza de costumbres, sobre todo en su alimentación, de los hebreos que lo ocuparon durante el período indicado.
Tesoros bajo cal. Decenas de iglesias de la provincia han descubierto en las últimas
décadas pinturas murales que fueron tapadas por cal o retablos. Los gustos de
la época y las epidemias explican que estos tesoros fueran ‘sepultados’.
Han permanecido ocultos bajo una ‘mortaja’ de cal o tras un retablo.
Murales que en un momento de la historia fueron ‘repudiados’ y permanecieron
escondidos durante siglos. La casualidad y las restauraciones han permitido
descubrir en los últimos años decenas de frescos en iglesias de León.
La denuncia de un vecino evitó en 2003 el derribo de la vieja iglesia de
Cebrones del Río. Fue una intervención fue providencial. Unas valiosas pinturas
góticas se libraron de la piqueta, porque la Junta paralizó de inmediato la
demolición del edificio, por entonces ya reducido en su mayor parte a
escombros. La cabecera del templo pertenecía a una primitiva iglesia del siglo
XV, donde, precisamente, se encontraban los frescos, ocultos durante siglos
detrás del retablo mayor.
Un desconchón sacó a la luz un demonio rojo y la palabra ‘Hermógenes’ en la
iglesia de Chana de Somoza. También la basílica de San Isidoro encubría, bajo
una capa de mugre, vestigios de pinturas que fueron rescatadas durante los
trabajos de limpieza de muros y paramentos. En estas obras, en el verano del
2008, afloraron numerosas inscripciones y pinturas murales inéditas. Ese mismo
año en Pandorado descubrieron unos frescos del siglo XVII, que habían
permanecido camuflados tras el gran retablo barroco que ocupa la cabecera de la
iglesia y que había sido desmontado para su rehabilitación.
El año 2008 resultó mágico, pues también las pinturas barrocas de la
iglesia de Nuestra Señora del Mercado, salían de las tinieblas. A lo largo de
los años habían sufrido retoques, repintes y el inexorable desgaste del paso
del tiempo. Los murales, que se encontraban en algunas zonas muy estropeados,
decoran con gran riqueza de colorido el camarín, lugar que se construyó, tras
la demolición de un antiguo ábside, para que los fieles accediesen al templo.
Murales del siglo X
La joya mozárabe de Santiago de Peñalba guardaba bajo siete capas de cal
una alhaja: las pinturas murales de época califal (siglo X). Estas
excepcionales pinturas, rescatadas en el 2002 y que ocupan 441 metros
cuadrados, se hicieron una vez concluida la construcción de la iglesia, entre
los años 936 y 940.
La humilde iglesia de San Salvador, en Velilla de los Oteros, escondía tras
el coro restos de pinturas murales así como una inscripción en la que se lee:
«Este lugar sagrado es la casa de Dios y la entrada del cielo». En el 2005 la
Junta destinaba 62.000 euros para recuperar los murales descubiertos en la
iglesia de Villanueva de Valdueza (Ponferrada), ocultas bajo varias capas de
enlucidos y encalados. La restauración llevada a cabo en la capilla del Santo
Cristo, anexa a la iglesia de San Martín, en pleno Barrio Húmedo, y propiedad
de la Cofradía de las Ánimas, sacó a la luz un tesoro. Fue al desmontar el
retablo barroco para su restauración cuando tuvo lugar el descubrimiento.
Aparecieron cuatro tablas bajo las pinturas en lienzo que, con semejantes
dimensiones y temas, debieron preceder a éstas y fueron sustituidas a causa de
su deterioro.
La restauración de la iglesia de Villacintor en 1995 permitió localizar
unas pinturas del año 1556, obra del artista Francisco Fernández. La
restauración en 1992 del retablo de San Martín, templo venerado por los vecinos
de Salas y Lombillo, sacó a la luz un mural del siglo XIII y unas tablas de
estilo hispano-flamenco del XV, tapadas por el retablo. También un retablo
escondía unos frescos del siglo XIV y reminiscencias bizantinas en la iglesia
de Gordaliza el Pino.
El santuario de la Virgen de la Manzaneda, próximo a Manzaneda de Torío,
preservaba un secreto hasta 1973, cuando bajo el encalado aparecían unos
murales del XVIII, que representan una bacanal diabólica.
Ha sido un error imperdonable, pero la hacendera de Promonumenta en la ermita de la Asunción en Azares del Páramo había quedado sin reseña.
Fue el sábado, 16 de marzo, cuando un grupo de 15 socios de Promonumenta se dieron cita en Azares del Páramo para proseguir el trabajo iniciado en otra hacendera anterior de la que ya habíamos dado reseña (ver archivo 11 septiembre 2022 y 10 febrero 2022). En esta ocasión no se trató de un desbroce, sino que el edificio, que ya carece de cubierta, fue liberado del escombro acumulado en su interior, en gran parte por la caída de la cubierta, rebajando la cota del pavimento a su nivel original (ver fotos)
El sábado, 6 de abril 2024, Promonumenta realizó una visita a la localidad de Montealegre y a la mina romana de Górgora, distanciada 4 km de esta localidad.
Asistieron a la visita 50 miembros de Promonumenta, aunque lo lluvioso del día, a ratos de gran intensidad, aumentó la dificultad del recorrido, convirtiéndolo en peligroso en algunos tramos, lo cual disuadió a buena parte de los visitantes de llegar al final.
La mina, que también se presentaba inundada por el agua, presenta un trecho visitable, en el cual puede observarse el cuarzo aurífero buscado por los romanos, así como huellas de las herramientas romanas y la disposición de repisas para las lucernas.
Por la tarde, a las 17:30, en el Centro de Visitantes de Montealegre, Javier Sánchez-Palencia, uno de los mayores expertos en el paraje arqueológico de Las Médulas, con 40 años de trabajo en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), impartió una conferencia-debate, también organizada por Promonumenta y la Junta Vecinal de Montealegre, en la que expuso las características de la zona arqueológica y la red hidráulica del monumento natural de Las Médulas. Al acto asistieron los miembros de Promonumenta y gran número de vecinos de Montealegre.
Quizá no sean gigantes, solo molinos, pero con el paso del tiempo han
vencido al cielo abierto que devoró al resto del pueblo. La aldea borrada de
Santibáñez de Montes, una localidad que dejo de existir en los papeles y en los
mapas un día del año 2010 por acuerdo del Ayuntamiento de Torre del Bierzo
—vacía desde hacía cuarenta años y devastada por las voladuras de la mina al
aire libre de Antracitas de Brañuelas— escondía un secreto entre las zarzas;
ocho molinos harineros en el arroyo Valdivieco, alguno de ellos muy bien
conservados, que las hacenderas organizadas en los dos últimos años la
asociación Promonumenta para limpiar las ruinas del pueblo ha puesto de nuevo
al descubierto. El próximo 20 de abril, los voluntarios del colectivo que
defiende el patrimonio también les dedicarán tiempo cuando acudan a desbrozar
lo que queda de la iglesia de San Juan Evangelista y los restos de algunas
viviendas de Santibáñez que, casi como un milagro, aún quedan en pie.
«El molino de mi abuelo, Antonio Viloria, todavía está en muy buenas
condiciones», aseguraba este miércoles Julio Viloria, que todavía fue testigo
de las últimas moliendas en el valle situado a las afueras del pueblo. Molinos
que tuvieron propietario y que hoy son una ruina sin dueño. Incluso en el de
Antonio Viloria, que tuvo ocho hijos, sería muy complicado reunir a sus
herederos. «Eso lo damos ya por perdido», cuenta julio.
Santibáñez de Montes cuando todavía estaba habitado.DL
Son vestigios de un mundo rural que ha desaparecido; una sociedad donde
muchas familias contaban con su propio molino cerca de una corriente de agua
para triturar los granos de trigo y de centeno y obtener la harina con la que
amasar pan. Y su funcionamiento era muy sencillo. «El agua movía el rodiezno.
El rodiezno la piedra voladora, que apretaba el grano contra la piedra y la
harina caía por una trampilla hasta el cajón de madera», cuenta Julio Arias,
Los ocho molinos que han sobrevivido —aunque uno de ellos es prácticamente
una ruina— dejaron de utilizarse entre los años sesenta y setenta. Ya en los
últimos años de vida del pueblo, Julio recuerda que su abuelo Antonio, dueño de
una cantina en Santibáñez, bajaba a caballo por el monte —no había otra forma
de hacerlo— para comprar el pan en una panadería de Torre del Bierzo y
revenderlo en un establecimiento donde servía vino, anís y coñac.
El pan de panadería orilló la molienda del trigo. La gente dejó de amasar
en sus casas. Y los molinos de agua quedaron en desuso. El resto de la historia
de Santibáñez ya la hemos contado en otras ocasiones en este periódico. La
gente se fue del pueblo. Y la mina que había dado de comer a la aldea, con
mineros venidos de Galicia y la vecina Maragatería, acabó por devorar las casas
vacías. Antracitas de Brañuelas, que explotaba la mina subterránea a las
puertas del pueblo acabó en manos de Victorino Alonso, que echó al último
ganadero que usaba las casas como cuadradas cuando a mediados de los años
noventa fue comprando, una a una todas las propiedades. El pueblo,
literalmente, fue saltando por los aires, y el cielo abierto se lo comió todo.
La iglesia también se vino abajo. La Junta Vecinal de Santa Marina de Torre
trasplantó en 2018 el antiguo arco en el templo del pueblo vecino. Y un buen
día los voluntarios de Promonumenta aparecieron por lo que queda de Santíbañez,
retiraron algunas zarzas, y los lugares de donde salía la harina, gracias a la
fuerza del agua, emergieron como las ruinas de una civilización perdida.
LA CONTROVERSIA DEL CANAL CN-2 Y SU ADECUACIÓN COMO CARRIL-BICI
MIÉRCOLES 10 DE ABRIL DE 2024A LAS 19:00H
Casa de León en MadridLa zona arqueológica de las Médulasy su red hidráulicaF. Javier Sánchez-Palencia
Entre finales de 2021 y junio de 2023, el grupo de investigación EST-AP, bajo la dirección de los profesores de investigación del CSIC Javier Sánchez-Palencia y Almudena Orejas, ha llevado a cabo un proyecto en “La zona arqueológica de Las Médulas y su red hidráulica” (ZAMRedH) cuyos resultados se están dando a conocer en reuniones científicas y conferencias divulgativas. El próximo miércoles 10 de abril, contaremos con su presencia en la charla/coloquio que presentará Margarita Álvarez, miembro de la Junta Directiva.Este proyecto se hizo gracias a un acuerdo CSIC – Consejería de Cultura de la Junta de Castilla y León por lo que contó entre su financiación con una subvención directa de ese organismo. Fruto de dicha colaboración ha sido un informe completo sobre Las Médulas (junio de 2023), destinado a su revalorización como bien de interés cultural, incluida una posible extensión de sus límites actuales.
Javier Sánchez-Palencia, uno de los mayores expertos en el paraje arqueológico tras 40 años de trabajo en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), impartirá una conferencia-debate que, organizada por Promonumenta y la Junta Vecinal de Montealegre, le traerá este sábado, día 6 de abril, a este pueblo para hablar de la zona arqueológica y la red hidráulica del monumento natural. Será a partir de las 18.00 en el centro de visitantes de la localidad, tras una visita a la galería romana de Gorgora.
«Llevamos más de 25 años desde la declaración de Patrimonio de la Humanidad
y todavía estamos viendo como empezamos a gestionar Las Médulas», se quejaba
este lunes el arqueólogo Javier Sánchez-Palencia, uno de los mayores expertos
en el paraje arqueológico tras 40 años de trabajo en el Consejo Superior de
Investigaciones Científicas (CSIC), al hilo de la conferencia-debate que,
organizada por Promonumenta y la Junta Vecinal, le traerá este sábado a Montealegre
para hablar de la zona arqueológico y la red hidráulica del monumento natural.
Será a partir de las 18.00 en el centro de visitantes de la localidad, tras una
visita a la galería romana de Gorgora.
Preguntado por los planes para establecer una gestión única del paraje que
no terminan de concretarse, ni siquiera desde la nueva etapa de la Fundación
Las Médulas, Sánchez Palencia lamentó que haya pasado más de un año desde el
cambio de rumbo y todavía no se haya avanzado. El problema, aseguró, es que ,
«ya desde el principio, se ha querido privatizar Las Médulas» y una entidad
como la Fundación Las Médulas, nacida para captar donaciones de empresas que
completaran la labor de la Junta de Castilla y León, «que debería ser la
locomotora que tirara de todo como máxima responsable de Patrimonio», se ha
convertido en el instrumento para desprenderse de la gestión pública. «La Junta
de Castilla y León es la primera que debería defender eso y se está privatizando
de una forma exagerada», añadió. Y puso como ejemplo, el eterno caso de la
galería de Orellán, donde una empresa privada cobra por entrar.
Sánchez-Palencia insistió en que no tiene nada personal contra quienes
dirigen la Fundación Las Médulas, pero aseguró a continuación que «para ir (a
gestionar) Las Médulas hay que saber algo de Las Médulas».
El arqueólogo ya jubilado tiene claro que «falta voluntad política». «Las
Médulas son sencillas de gestionar si se tiene voluntad politica», insistió,
después de poner como ejemplo de buenas prácticas al Geoparque de Courel, donde
los distintos municipios y agentes sociales se han involucrado sin problemas.
Sánchez-Palencia entiende, además, que los ayuntamientos que forman parte del
paraje deberían «haberse unificado en un solo municipio» para aunar fuerzas y
facilitar la gestión. «No estoy diciendo ninguna barbaridad», afirmó.
«La ruta de bicis en los canales está fuera de todo sentido común»
«No me quedan palabras. Está fuera de todo sentido común y no tiene ninguna
vuelta de hoja», afirma Javier Sánchez-Palencia cuando critica de nuevo —como
ya ha hecho la asociación Promonumenta— el proyecto para abrir un ruta de
bicicletas de montaña y eléctricas sobre uno de los canales romanos que
conducían el agua a Las Médulas desde la Tebaida. El arqueólogo lamentó la
posición al respecto de personajes como el presentador de televisión Jesús
Calleja, «del que no habla bien ningún montañero» e ironizó sobre el argumento
de que el 90 por ciento de la gente quie